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Primeras palabras a las Iglesias de Huesca y de Jaca (6-3-2011)

     
      Muy estimados en el Señor:
      Os deseo gracia y paz.
      Comienzo mi presencia como obispo entre vosotros, con vosotros y para vosotros, bajo el signo de la conversión, en el inmediato contexto de la Cuaresma que comenzamos el próximo miércoles.
      El Papa Benedicto XVI nos ha dirigido un “Mensaje para la Cuaresma 2011”, del cual he seleccionado cuatro párrafos:
      1) “Para emprender seriamente el camino hacia la Pascua y prepararnos a celebrar la Resurrección del Señor -la fiesta más gozosa y solemne de todo el Año litúrgico-, ¿qué puede haber de más adecuado que dejarnos guiar por la Palabra de Dios?”.
      2) “Nuestro sumergirnos en la muerte y resurrección de Cristo mediante el sacramento del Bautismo, nos impulsa cada día a liberar nuestro corazón del peso de las cosas materiales, de un vínculo egoísta con la "tierra", que nos empobrece y nos impide estar disponibles y abiertos a Dios y al prójimo. En Cristo, Dios se ha revelado como Amor (cf. 1 Jn 4,7-10). La Cruz de Cristo, la "palabra de la Cruz" manifiesta el poder salvífico de Dios (cf. 1 Cor 1,18), que se da para levantar al hombre y traerle la salvación: amor en su forma más radical (cf. Enc. Deus caritas est, 12)”.
      3) “En todo el período cuaresmal, la Iglesia nos ofrece con particular abundancia la Palabra de Dios. Meditándola e interiorizándola para vivirla diariamente, aprendemos una forma preciosa e insustituible de oración, porque la escucha atenta de Dios, que sigue hablando a nuestro corazón, alimenta el camino de fe que iniciamos en el día del Bautismo”.
      4) “En síntesis, el itinerario cuaresmal, en el cual se nos invita a contemplar el Misterio de la cruz, es "hacerme semejante a él en su muerte" (Flp 3,10), para llevar a cabo una conversión profunda de nuestra vida: dejarnos transformar por la acción del Espíritu Santo…”.
      Al compartir mi primer escrito con la Iglesia que peregrina en Huesca y en Jaca, deseo expresaros mi deseo de ser un pastor según el corazón de Dios, como recoge la oración pronunciada por el Obispo ordenante principal en Rito de Ordenación Episcopal: “Padre Santo, tú que conoces los corazones, concede a este servidor tuyo, a quien elegiste para el episcopado, que sea un buen pastor de tu santa grey”.
      La Exhortación apostólica “Pastores gregis” recuerda en el nº 28 que en el Rito Romano de Ordenación Episcopal hay un gesto muy expresivo en el que se coloca el evangeliario abierto sobre la cabeza del nuevo obispo. Con ello se manifiestan dos aspectos: 1) “que la Palabra arropa y protege el ministerio del obispo”, y 2) “que ha de vivir completamente sumiso a la Palabra de Dios mediante la dedicación cotidiana a la predicación del Evangelio con toda paciencia y doctrina (cf. 2 Tm 4,2)”.
      Arropado y protegido por la Palabra, solicito vuestra oración para que pueda vivir completamente sumiso a la Palabra de Dios.

Julián Ruiz Martorell

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