Siembra (14-2-2016)

SIEMBRA

      Queridos hermanos en el Señor:      

      Os deseo gracia y paz.            

       La Campaña número 57 de Manos Unidas tiene como lema “Plántale cara al hambre: siembra”. En 2016 comienza el “Trienio de Lucha contra el Hambre” cuyo objetivo es trabajar para disminuir el hambre y reforzar el derecho a la alimentación de las personas más pobres y vulnerables.      

       Manos Unidas es algo más que una organización asistencial. Supone, ante todo, una actitud, un modo de ser y de actuar, una forma de sentir y de vivir, una manera de afrontar la realidad, un estilo de convivencia y cooperación, un referente de solidaridad, un estímulo para nuestras comunidades, un testimonio creíble del evangelio vivido.       

       Manos Unidas es una extensa, intensa y generosa familia que engendra nuevas relaciones, una comunidad fraterna que abre las manos para compartir, abrazar, colaborar y sembrar. Es un grupo de personas que estrechan sus manos con otras manos para trabajar conjuntamente, para compartir sueños, proyectos, iniciativas, realidades y esperanzas.      

       Manos Unidas trabaja para poner nombre a los más vulnerables, a los hambrientos y sedientos, a quienes carecen de techo y de instrucción, a quienes viven en condiciones insalubres e indignas, a los que sufren injusticia y discriminación, a las personas necesitadas de afecto y comprensión.      

       El Diccionario de la Real Academia Española define “sembrar” con estas palabras: “Arrojar y esparcir las semillas en la tierra preparada para este fin”, y también: “Hacer algunas cosas de que se ha de seguir fruto”.      

       Sembrar supone tres actividades: en primer lugar, es necesario preparar la tierra; en segundo lugar, se necesitan semillas; en tercer lugar, hay que arrojarlas, esparcirlas.       

Para preparar el terreno hay que suprimir obstáculos, retirar piedras, arar, remover la tierra para que coja oxígeno y se vuelva fina y arenosa, con profundidad. También es necesario disponer el modo de riego y favorecer la retención de la humedad. Es decir, que para obtener fruto es preciso sembrar con paciencia, con perseverancia y con esfuerzo.      

       Sembrar significa dar una oportunidad al futuro, hacer posible la esperanza, construir solidariamente, trabajar continuamente, colaborar en el crecimiento de la semilla. Sembrar significa cultivar, cuidar y proteger.      

       La propuesta que recibimos de Manos Unidas nos invita a plantar cara al hambre, es decir, superar una actitud pasiva, pesimista, desilusionada. Se trata de cambiar de disposición de ánimo. Hay que pasar de la inercia al compromiso, de la comodidad a la colaboración activa, de la resignación al trabajo solidario.       

        Y se nos hace una propuesta personal: “siembra”. No podemos excluirnos ni delegar nuestra responsabilidad peculiar. Se necesita la aportación de todos y de cada uno, sin excepciones ni excusas.            

        Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca.

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