"Sal de tu tierra"(23-10-2016)

SAL DE TU TIERRA”

      Queridos hermanos en el Señor:      

      Os deseo gracia y paz.            

      La Jornada Mundial de las Misiones fue promovida por la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe y aprobada por el Papa Pío XI en 1926. Han pasado 90 años de testimonio eficaz y de labor incansable.       Las personas que viven y trabajan en territorios de misión nos interpelan, nos animan y nos necesitan.      

      1) Nos interpelan con su estilo de vida, con su generosidad y sacrificio, con su dedicación y entrega, con sus criterios y valores, con su alegría, su fe activa, su esperanza robusta y su constante caridad. Cuando conocemos sus condiciones de trabajo y las dificultades de todo tipo en medio de las cuales viven cada día, comprendemos que hay muchas cosas que debemos cambiar personal y comunitariamente.       

     Oyendo el testimonio de los misioneros, conociendo sus experiencias, compartiendo sus inquietudes, nos dejamos guiar por el Espíritu Santo que nos invita a no ser cristianos tristes, resentidos, sin vida, sino testigos gozosos del Evangelio y discípulos misioneros.       

      2) Nos animan a salir también nosotros al encuentro de quienes no han oído hablar de Jesús de Nazaret, o han olvidado el primer mensaje o viven de espaldas a la Buena Noticia que es Jesucristo en persona. Los misioneros y las misioneras han oído la llamada del Señor que les ha dicho con fuerza y claridad: “Sal de tu tierra”. Al principio pudo ser un eco tenue, y más tarde un interrogante vital, hasta que se convirtió en una interpelación apremiante y en una decisión existencial.       

      “Sal de tu tierra” es algo más que un lema. Se trata de un proyecto de vida envolvente, una llamada acuciante a abandonar la inercia, los espacios cerrados y autorreferenciales, continuamente volcados en mirarse a sí mismos; a vencer los miedos y los egoísmos, para salir al encuentro de los necesitados y ser “Iglesia en salida” (Evangelii gaudium, 24). Una salida que brota de la interiorización y cuyo fundamento es la confianza absoluta en Dios.      

       El beato Pablo VI escribió: “No hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios” (Evangelii nuntiandi, 22). Lo ha recordado el Papa Francisco: “No puede haber auténtica evangelización sin la proclamación explícita de que Jesús es el Señor” (Evangelii gaudium, 110).      

      3) Nos necesitan, porque su trabajo es arriesgado y sus recursos limitados. Necesitan la ayuda de nuestra oración y el apoyo de nuestra colaboración. Son enviados por la Iglesia, trabajan en nombre de la Iglesia y han de ser sostenidos por toda la Iglesia. Nos necesitan porque son conscientes de que la evangelización va unida a la promoción humana, y para ello requieren medios, instrumentos, apoyo material, condiciones económicas y financieras.      

       Es preciso ayudar a las comunidades cristianas necesitadas para fortalecer el anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierra.      

       El Papa Francisco ha escrito un Mensaje titulado “Iglesia misionera, testigo de misericordia” en el que nos recuerda que la Jornada Mundial de las Misiones “nos invita a ver la misión ad gentes como una grande e inmensa obra de misericordia tanto espiritual como material”.            

       Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell,obispo de Jaca y de Huesca.

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