Carta a los jóvenes. La búsqueda y el testimonio. (11-12-2016)

  CARTA A LOS JÓVENES: LA BÚSQUEDA Y EL TESTIMONIO

      Queridos jóvenes:      

      Os deseo gracia y paz.            

      El Papa Francisco, en la Audiencia general del 20 de agosto de 2014, dijo: “El joven  es siempre una persona en busca de algo por lo que valga la pena vivir, y el mártir da testimonio de algo, es más, de Alguien por quien vale la pena dar la vida”.      

       Los jóvenes os distinguís por vuestra actitud de búsqueda. Estáis siempre inquietos, en camino, buscando nuevas amistades, nuevas experiencias, nuevos horizontes. Miráis más allá de vuestros escenarios habituales: el colegio, la familia, los amigos, el deporte, la música, las distracciones. Sabéis que hay muchas más cosas y, sobre todo, muchas más personas. En la medida de vuestras limitadas posibilidades económicas, os gusta viajar, cambiar de paisaje, establecer nuevas relaciones, compartir amistades inéditas.      

      También os planteáis el sentido de la vida. Os desconcierta observar a vuestro alrededor tantos signos de falsedad y engaño, de hipocresía y mezquindad, de injusticia y violencia. Os dejan huella las primeras experiencias de fracaso, de incomprensión, de desilusión. Os preguntáis con frecuencia: ¿por qué?, o ¿para qué?      

      Sois capaces de realizar sacrificios, aunque os cuesta perseverar. El compromiso indefinido os asusta. Pero os interesa encontrar algo por lo que valga la pena vivir, algo que realmente merezca un esfuerzo prolongado.       

      Tanto los mártires de los primeros siglos de la historia de la Iglesia como los testigos actuales que viven en zonas de riesgo, en primer lugar descubren que merece la pena vivir y, en segundo lugar, han encontrado a Alguien por quien vale la pena dar la vida. En ocasiones, se da la vida de una vez para siempre derramando la propia sangre. En otros casos, se da la vida en un “siempre continuo” que se prolonga instante tras instante, y la sangre no se derrama, sino que se entrega gota a gota, como en una permanente transfusión de vida.      

       No muy lejos de vosotros hay muchos jóvenes de vuestra edad que son auténticos mártires, pues “mártir” significa “testigo”. Son jóvenes que dan continuo testimonio de que han encontrado a Alguien con quien desean compartir la vida y por quien quieren entregar la vida día tras día.      

      Hay jóvenes que comparten parte de su tiempo ayudando a niños en sus tareas extraescolares. Otros se dedican a visitar residencias de ancianos, donde muchos mayores viven la amarga experiencia de la soledad. Hay algunos que son catequistas y se preparan con ilusión para comunicar su vivencia de fe. Encontramos muchos jóvenes que realizan actividades de tiempo libre con los más pequeños. Son jóvenes con inquietudes, que no dejan de buscar, pero que saben que ellos mismos han sido encontrados por Alguien que les acompaña. Son jóvenes que han descubierto la luz de la esperanza que no defrauda.      

       En el Ángelus del 27 de julio de 2014 decía el Papa: “quien conoce a Jesús, quien lo encuentra personalmente, queda fascinado, atraído por tanta bondad, tanta verdad, tanta belleza y todo con una gran humildad y sencillez. Buscar a Jesús, encontrar a Jesús: ¡este es el gran tesoro!”.  Quien se encuentra con Jesús siente que su búsqueda no queda frustrada, que Jesús responde realmente a sus aspiraciones más auténticas. ¡Cuántos jóvenes que escuchan con corazón abierto el Evangelio se dejan conmover por Jesús y se convierten en sus testigos!  Jesús os convoca también a vosotros a ser sus testigos de modo personal y concreto. 

      Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca.

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