El patrimonio, el culto y la cultura (15-8-2019)

     Queridos hermanos en el Señor:  

     El  patrimonio  histórico, artístico, monumental y documental que hemos recibido de nuestros antecesores expresa, a través de muy diversos lenguajes, sobre diferentes soportes y en materiales distintos, una misma experiencia de fe.       

    La historia de la salvación se hace acontecimiento, llega hasta las entrañas de la humanidad y hace brotar en los corazones una respuesta de admiración de gratitud, de alabanza.       

    El culto es el testimonio agradecido y la celebración actualizada de las grandes intervenciones de Dios en favor de la humanidad. A través de una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, con un humilde impulso del corazón, como gesto de reconocimiento y de amor, tanto en las jornadas difíciles como en los momentos de alegría, la fe ha ido cristalizando en obras humanas que son humano reflejo de las intervenciones divinas. Los siglos nos contemplan y la historia nos compromete. La fe se ha hecho cultura, ha construido cultura, se ha manifestado en códigos culturales. Como eslabones cualificados en la cadena de la transmisión de la fe, también sentimos el compromiso y la responsabilidad de compartir el legado procedente de los siglos anteriores,       

     Necesitamos la colaboración de todos para mantener el patrimonio común, para conservarlo en las mejores condiciones, para ponerlo a disposición de quienes aprecian su significado y valoran su importancia.       

     Con la luz del verano las obras artísticas se ven con mayor nitidez. En el esplendor de su belleza y en los riesgos de su deterioro. Las iglesias, las ermitas, las casas parroquiales, los documentos escritos, los retablos, las imágenes, las pinturas murales, los cuadros, las vidrieras, los libros sacra mentales, las piezas de orfebrería, las partituras musicales y otros muchos elementos necesitan cuidado, restauración, atención y aprecio. Esta labor no se puede realizar sin recursos económicos. Es necesario crecer en el sentido diocesano de la responsabilidad compartida y del compromiso urgente y continuo.       

        La colecta del día 15 de agosto se destinará, en su integridad, a este común objetivo en toda la Diócesis de Jaca.       

       Muchas gracias por el esfuerzo que se realiza. Muchas gracias por la generosidad de tantas personas que colaboran con sacrificio y espíritu de servicio.       

       Recibid un cordial saludo en el Señor, junto con mi bendición.

+ Julián Ruiz Martorell, Obispo de Jaca

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