Domingo de la Palabra de Dios en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. (24-1-2021)

DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS EN LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

    Queridos hermanos en el Señor:
    Os deseo gracia y paz.

     El Papa Francisco estableció en la Carta apostólica “Aperuit illis” (30 septiembre 2019) “que el III Domingo del Tiempo Ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios” (nº 3).
La iniciativa ofrece una ocasión de gracia: “Dedicar concretamente un domingo del Año litúrgico a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable” (Aperuit illis, 2).
     El Domingo de la Palabra de Dios nos recuerda “la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes” (Aperuit illis, 8).
     La celebración tiene lugar dentro de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos y es una oportunidad de gracia para rezar por la unidad: “celebrar el Domingo de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar a una auténtica y sólida unidad” (Aperuit illis, 3).
     El lema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (“Permaneced en mi amor y daréis fruto en abundancia”) es apremiante: “No podemos dar frutos por nuestra cuenta. No podemos dar frutos separados de la vid. Lo que produce frutos es la savia, la vida de Jesús que fluye en nosotros. Permanecer en el amor de Jesús, seguir siendo un sarmiento de la vid, es lo que permite que su vida fluya en nosotros” (cf. Materiales, p. 11).
     En el “Subsidio Litúrgico-Pastoral 2021” preparado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización para la celebración de este domingo hay un apartado dedicado a la necesidad de rezar con la Palabra de Dios donde leemos: “Una historia de origen judío ayuda a arrojar luz sobre la importancia de la Palabra en el ámbito de la oración. Un anciano rabino, maestro de oración, el rabino Shlomo, fue interrogado por uno de sus discípulos: "Maestro, ¿por qué Dios no ha atendido mis peticiones? Hablé con él durante mucho tiempo y durante horas insistí en mis necesidades". El rabino no tardó en responder: "Porque no le dejaste hablar"” (p. 42).

     Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca

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