"Saber estar con" (7-3-2021)

“SABER ESTAR CON”

      Queridos catequistas:

      El “Directorio para la Catequesis”, cuando desarrolla las dimensiones de la formación de los catequistas, une el “ser” y el “saber estar con”. Esto supone una novedad, puesto que la tradicional tríada -“ser”, “saber” y “saber hacer”- aparece ahora como “ser y saber estar con”, “saber” y “saber hacer”.
      En la dimensión del “ser”, el catequista se forma con el objetivo de convertirse en “testigo de la fe y custodio de la memoria de Dios” (DC 139) y está llamado a entablar relaciones “que sostengan y enriquezcan la fe” (ibíd.). La acción catequística favorece el crecimiento humano y cristiano del catequista. Su acción brota del testimonio de su vida. En su proceso formativo, el catequista crece en su conciencia misionera, porque va interiorizando las exigencias del Reino que manifiesta Jesús.
      “La tarea formativa de maduración humana, cristiana y misionera requiere un tiempo de acompañamiento porque hay que llegar al corazón que sustenta el hacer de la persona” (ibíd.).
      En el nivel de la interioridad germina el “saber estar con”, presentado como “habilidad natural necesaria para la catequesis entendida como un acto educativo y comunicativo” (DC 140). El ser humano es esencialmente relacional, y la formación de los catequistas descubre y hacer crecer esta capacidad relacional, “que se manifiesta en la disposición a vivir las relaciones humanas y eclesiales de manera fraterna y serena” (ibíd.).
      El catequista “desempeña un papel en relación con aquellos a los que acompaña en la fe, y es percibido por ellos como persona de referencia” (DC 142). Es preciso ejercitarse en un estilo de vivir la autoridad como un servicio, con respeto por la libertad de los demás.
     Los catequistas tejéis con paciencia un mosaico de relaciones interpersonales, sabéis escuchar, guiar, comprender y empatizar; acompañáis a las personas en su procesos personales y sociales de crecimiento. Cada encuentro se convierte en oportunidad. Cada instante lleva en sí mismo, aunque sea a modo de semilla oculta, la potencia de un despertar vigoroso.
     Los catequistas sois expertos “en el arte del acompañamiento” (DC 113c). Tenéis competencias educativas, os hacéis compañeros de viaje “con paciencia y sentido de gradualidad” (ibíd.). Sois dóciles a la acción del Espíritu y ayudáis a los hermanos a madurar en su vida cristiana y a caminar hacia Dios (cf. ibíd.).
     A quienes os dedicáis con esfuerzo, generosidad y perseverancia a la catequesis os agradezco, en nombre de toda la Diócesis, vuestra dedicación y cercanía. Sois signos de esperanza. Cada día comprometéis vuestro “saber estar con” en medio de muchas dificultades e incertidumbres. ¡Ánimo!

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca

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