Día del Seminario (14-3-2021)

DÍA DEL SEMINARIO
 
      Queridos hermanos en el Señor:
      Os deseo gracia y paz.
 
“Padre y hermano, como san José” es el lema del Día del Seminario 2021. San José, patrón de los seminarios y padre de los seminaristas, es un referente de vida, de acogida, de disponibilidad. Él estuvo atento a las manifestaciones de Dios que le iba indicando el sendero y las iniciativas que tenía que llevar a cabo, vivió aguardando el cumplimiento de las promesas y contribuyó a que los designios de Dios se hicieran realidad. San José cuidó y forjó las manos y la persona de Jesús, fue educador y acompañante, supo instruir en la noble condición del trabajo.  
      El seminario es “un lugar y un tiempo privilegiado, para que cada seminarista descubra cómo Dios lo hace crecer a través de la Iglesia y de Su mano providente. Desde esta experiencia profunda del cuidado que Dios ha tenido con ellos, podrán el día de mañana, salir al mundo como sacerdotes, dispuestos a decirles a todos: "No temas; basta que tengas fe" (Mc 5,36)” (Día del Seminario 2021. Reflexión teológico-pastoral, p. 5-6).
      Es preciso valorar y cultivar las vocaciones y reconocer en ellas un don de Cristo a su Iglesia al servicio del Evangelio. El Señor llama personalmente, convoca a una peculiar vida de seguimiento, de amistad y de entrega. A la Iglesia le corresponde la trascendental tarea de acompañar y discernir las vocaciones al sacerdocio.  
      El ministerio de los sacerdotes en el corazón de la Iglesia es insustituible. Benedicto XVI dijo que lo que ha de distinguir a un ministro de la Iglesia es: “el amor a Cristo, una seria competencia teológica en plena sintonía con el Magisterio y la Tradición de la Iglesia, la meditación constante y personal de su misión salvadora y una vida intachable acorde con el servicio que presta al Pueblo de Dios” (Discurso a los Obispos de la Conferencia Episcopal de Uruguay en Visita ad limina apostolorum, 26-9-2008). Y también afirmó que “un hombre no puede hacer nada más grande que dar a los fieles el cuerpo y la sangre de Cristo, y perdonar los pecados” (Discurso a la Conferencia Episcopal Francesa, Lourdes, 14-9-2008). 
      Los seminaristas se van formando, como personas y en comunidad, a través del estudio, de la dirección espiritual, del sacramento de la Reconciliación, de la oración personal y litúrgica, de la actividad pastoral, abriéndose a las distintas realidades eclesiales. En cada jornada, la Eucaristía es celebrada y sentida como el centro de la propia vida. 
      Toda la comunidad diocesana reza por el Seminario y con el Seminario.
 
+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca