Comentario al evangelio. Domingo 19 Ordinario, ciclo C.

      ¿Por qué estamos nosotros aquí, hoy, y no nos fuimos a la playa? ¿Por qué estamos orando juntos gentes de distintos lugares, posición social y cultural? ¿Por qué nos aceptamos y queremos como hermanos? ¿Por qué pasamos victoriosos a través de la alegría y la tristeza, el éxito y el fracaso, la vida y la muerte? POR LA FE. Por la fe que tenemos todos en el Señor Jesús. La fe nos une a Jesucristo y a los hermanos. La fe que es definida, hoy, por el autor de la carta a los Hebreos "esfuerzo por conseguir lo que esperamos y convencimiento respecto de lo que no vemos".

      La fe es esfuerzo, tensión, certeza, empeño, pero no de un día de emoción; esfuerzo y tensión pero no de una rutina muerta; esfuerzo y tensión pero no sólo cuando hacemos celebraciones religiosas; esfuerzo y tensión de toda la vida. Es como una flecha siempre en busca del blanco.

      La vida cristiana es una vida de fe en Dios y también es "convencimiento respecto de lo que no vemos". Convencimiento, profundidad, raíces hondas, que ningún huracán, ningún escándalo, ningún charlatán podrá destruir. Y el autor de la carta a los Hebreos nos pone como ejemplo de fe, que es esfuerzo y convencimiento, a Abrahán. Por la fe obedeció, salió de su tierra y ofreció a su único hijo. La carta a los Hebreos hace un canto a los héroes de la fe, hombres y mujeres, que a pesar de sus pecados, de sus fallos y traiciones apostaron por Dios y nunca perdieron el don de Dios, el don de la fe.

       Se salvan no los buenos, se salvan los creyentes. Se salvan no los perfectos, se salvan los que por su fe producen los frutos del amor. Y aquí venimos todos a gritarle al Señor: "Señor, yo creo pero aumenta mi fe". Un hombre concertó una cita con el psicólogo. Cuando llegó el día de la cita le dijo: "Doctor, siempre me siento deprimido. Haga lo que haga la depresión me puede. Ya no sé qué hacer". El psicólogo lo miró y le dijo: "Venga conmigo a la ventana".

       El hombre le siguió y el psicólogo señalando hacia fuera dijo: "¿Ve aquella carpa? Hay un circo en la ciudad y es muy bueno. Son muchas las actuaciones bonitas que hay que ver, pero especialmente las de los payasos. Y hay uno que es buenísimo. Le hará reír y reír. Vaya y véalo y le aseguro que ya no tendrá más motivos par deprimirse de nuevo". El hombre se volvió hacia el psicólogo y le dijo con sus ojos tristes: "Doctor, ese payaso soy yo". ¿Verdad que a todos nos aqueja alguna enfermedad o depresión? Nuestro cuerpo es una bolsa llena de pequeñas o grandes enfermedades.

     ¿Ha pensado alguna vez que la fe tiene también sus enfermedades? Me duelen los bolsillos vacíos. Me duele el olvido de mis hijos. Me duelen los palos de mi esposo… Nunca había pensado en el dolor de la falta de fe en Dios. Podríamos hablar de muchas enfermedades de la fe de los cristianos de Nuestra Señora del Pilar. Voy a decirles dos enfermedades. La fe mágica.

      En lugar de tener una relación de amor con Dios y una relación permanente, en lugar de vivir a Dios como Padre, amigo, esposo, como mi fuente de paz, gozo y vitalidad hago de Dios un mago, un cajero automático, al que acudo cuando estoy necesitado, enfermo, en apuros, deprimido… Dios no es un clinex que uso y tiro. Dios no es anestesia para mi sufrimiento. Para muchos cristianos Dios es una relación interesada, mercancía mágica. La fe mágica es una enfermedad de muerte. Y se cura con una relación de confianza a pesar de que todo me vaya mal. La fe haragana.

      La fe que no se compromete, que no actúa. Yo no tengo tiempo para rezar, para perder el tiempo con esas monsergas de curas. No quiero complicaciones. La fe es lucha por mejorar la vida de los hermanos, del barrio. Fieles al cielo pero también fieles a la tierra en la que vivimos. Una encuesta Gallup titulada "los santos entre nosotros" evalúa la fe de los cristianos y los describe así: Son más éticos y honrados en sus asuntos personales. Son más tolerantes y respetuosos con las personas de otra raza, color, religión,,, Son más inclinados a la generosidad, al servicio y al voluntariado. Son más preocupados por mejorar la sociedad y el medio ambiente. Son más felices. Donde está tu tesoro, allí está tu corazón". Y, ¿dónde está nuestro corazón? Un corazón anclado en Dios y en sus promesas cree y espera en el hoy de Dios, en el mañana de Dios y en la vida eterna, siempre con Dios.  

P. Félix Jiménez Tutor, Sch. P.

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