Febrero 2019. El Diluvio Universal de Bagüés

Románico, hacia 1100

Pintura al fresco arrancada y traspasada a lienzo

Procede de la iglesia de Santos Julián y Basilisa de Bagüés

02. Febrero. Arca de Noé Large

Los frescos de la iglesia de Bagüés, arrancados en 1966 y reubicados en el MDJ cuatro años más tarde, constituyen uno de los mejores ejemplos conservados de pintura románica española. Su extensión, su buen estado de conservación y la riqueza de su programa iconográfico los han hecho merecedores de este título, y es por ello que este mes queremos analizar en mayor profundidad un fragmento de esta Biblia pauperum: la historia de Noé.

Ubicadas en la parte superior del muro septentrional del templo, cuatro escenas ponen fin a la narración del Antiguo Testamento. Estas reflejan el relato recogido en Génesis 6-9, y muestran a Dios hablando con Noé, la construcción del arca, la entrada de sus familiares y los animales en la embarcación y, por último, el sacrificio propiciatorio del patriarca para celebrar la alianza de Dios. Esta profusión de imágenes referidas al ciclo de Noé es algo excepcional en la pintura mural hispana, pero en Bagüés probablemente se diese debido al influjo francés con el que cuentan sus pinturas. De hecho, varios investigadores han vinculado los frescos del templo pirenaico con los de la iglesia de Saint-Savin-sur-Gartempe, en Poitou, donde la historia del diluvio universal también aparece ampliamente reseñada.

Asimismo, la vida de Noé cumple un papel simbólico muy relevante dentro del conjunto bagüesino. San Agustín y otros autores cristianos trazaron paralelismos entre el patriarca y Cristo y el arca y la Iglesia, debidos a su carácter salvífico. En Bagüés, la alianza de Dios con Noé fue pintada sobre el bautismo de Cristo, lo que se ha entendido como un gesto de los pintores para enfatizar el mensaje redentor que expresa el conjunto; así como Dios purificó a la humanidad con las aguas del Diluvio, con el agua del río Jordán también señaló a su Hijo, encargado de liberar a los hombres de sus pecados.

Cabe destacar en los frescos zaragozanos la gran expresividad de sus figuras, así como la habilidad narrativa de sus creadores, rasgos que han llevado a plantear que el taller que trabajó en Bagüés pudiera haberse formado en el campo de los códices y la pintura miniada. En consecuencia, pueden encontrarse sorprendentes contrastes en estas escenas, como el esquematismo de los escenarios y los animales, que se opone a la gran agitación manifestada por los personajes que se agolpan para entrar en el arca.

¿Sabías qué…?

Las representaciones del arca de Noé en la Historia del Arte son muy variadas, de ahí que en los frescos de Bagüés esta se haya representado simplemente como una pequeña casa con un tejado a dos aguas. Sin embargo, en la Biblia se recoge que Dios dio a Noé unas instrucciones precisas. El arca debía medir trescientos codos de largo, cincuenta de ancho y tres de alto, organizarse en tres pisos y contar con una puerta en un lateral y una claraboya.

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