El cultivo del campo (15-5-2022)

EL CULTIVO DEL CAMPO

     Queridos hermanos en el Señor:
     Os deseo gracia y paz.

     San Juan XXIII en la bula “Agri culturam” (16 diciembre 1960) reconocía que los autores eclesiásticos y profanos enaltecieron siempre el cultivo del campo “con máximas loas”. Para san Agustín es “la más sana y la más honesta” de las ocupaciones. Cicerón afirmó que la vida rural es “muestra de moderación, diligencia y justicia” y que ese oficio es “el mejor, el más fecundo, el más dulce y el más digno del hombre aun del hombre libre”.
     El Papa Francisco en su “Mensaje al Secretario General de las Naciones Unidas para la Pre-cumbre sobre los sistemas alimentarios de la ONU” (26 julio 2021) escribió: “Se necesita una nueva mentalidad y un nuevo enfoque integral y diseñar sistemas alimentarios que protejan la Tierra y mantengan la dignidad de la persona humana en el centro; que garanticen suficientes alimentos a nivel mundial y promuevan el trabajo digno a nivel local; y que alimenten al mundo hoy, sin comprometer el futuro”.
     Añadió: “Es esencial recuperar la centralidad del sector rural, del que depende la satisfacción de muchas necesidades humanas básicas, y es urgente que el sector agropecuario recupere un rol prioritario en el proceso de toma de decisiones políticas y económicas, orientadas a delinear el marco del proceso de "reinicio" post-pandemia que se está construyendo. En este proceso los pequeños agricultores y las familias agrícolas deben ser considerados actores privilegiados. Sus conocimientos tradicionales no deben pasarse por alto ni ignorarse, mientras que su participación directa les permite comprender mejor sus prioridades y necesidades reales. Es importante facilitar el acceso de los pequeños agricultores y de la agricultura familiar a los servicios necesarios para la producción, comercialización y uso de los recursos agrícolas. La familia es un componente esencial de los sistemas alimentarios, porque en la familia "se aprende a disfrutar el fruto de la tierra sin abusar de él y se descubren las mejores herramientas para difundir estilos de vida respetuosos del bien personal y colectivo"”.
      En el mes de mayo, las romerías y peregrinaciones nos acercan al mundo rural y nos sitúan en el centro de sus inquietudes, interrogantes y problemas. La oración, la celebración festiva y la convivencia estrechan nuestros vínculos con quienes trabajan en el campo, valoran las raíces de nuestra cultura y elevan sus ojos al cielo solicitando el agua necesaria y suplicando para que las tormentas, las heladas, el granizo, la sequía o las plagas no arruinen el noble y honesto trabajo desarrollado durante meses.

     Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca