La Iglesia con todos (5-5-2013)
LA IGLESIA CON TODOS
Queridos hermanos en el Señor: Os deseo gracia y paz.
En la Declaración de la Renta conviene no olvidar la casilla destinada a la Iglesia Católica para que, a través de un gesto sencillo, pero significativo, se continúe realizando una labor que favorece la construcción de una sociedad mejor.
También se puede marcar, simultáneamente, la casilla para los denominados “otros fines sociales”. En ambos casos el contribuyente no paga más ni se le devuelve menos.
En el Año de la Fe deseamos “redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe” (Porta fidei 7). La fe es personal, tiene una dimensión eclesial y se vive en comunidad. En este Año de la Fe tenemos una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. La fe, sin las obras de la caridad no da fruto, es una fe muerta.
La labor de la Iglesia, que es esencialmente religiosa, conlleva una gran cantidad de actividades que repercuten en beneficio de la sociedad. La Iglesia está con todos, se preocupa por todos, y contribuye a construir, entre todos, una sociedad mejor.
Las funciones sociales de la Iglesia son muy variadas: enseñanza; atención integral a niños, ancianos, discapacitados, enfermos; acogida de inmigrantes; ayuda personal e inmediata a quienes sufren dificultades como consecuencia de la crisis económica; actividades realizadas por los misioneros en las zonas más pobres y marginadas, y otras muchas iniciativas.
La Carta apostólica Porta fidei indica: “muchos cristianos dedican sus vidas con amor a quien está solo, marginado o excluido, como el primero a quien atender y el más importante que socorrer, porque precisamente en él se refleja el rostro mismo de Cristo” (nº 14). Los datos son muy importantes. En el año 2011 Manos Unidas financió 605 proyectos de desarrollo en 58 países. Hay 14.000 misioneros españoles en todo el mundo. En el año 2007 Caritas Española cubría las necesidades básicas de 370.251 personas. En 2011 fueron 1.015.276.
El sostenimiento económico de la Iglesia depende de los católicos y de todas las personas de buena voluntad que aprecian y reconocen la labor desarrollada según los criterios de austeridad, transparencia y eficacia.
Hay otras formas de colaboración en el sostenimiento de la Iglesia: colectas, suscripciones, legados, donaciones, etc.
Ante los grandes problemas que vive el conjunto de la sociedad, y que impulsan a muchas personas al desasosiego y al abatimiento, la Iglesia tiene una palabra de esperanza que decir y muchos gestos de generosidad que realizar.
Agradecemos la colaboración de los contribuyentes que marcan la casilla de la Iglesia Católica en su Declaración de la Renta. Damos las gracias a todas las personas que, con su generosa aportación, hacen posible que la Iglesia continúe haciendo mucho por tantos que todavía necesitan tanto.
Para seguir trabajando por el bien común necesitamos la colaboración de todos y a todos les agradecemos su ayuda.
Recibid mi cordial saludo y mi bendición.
+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca