Un impulso renovado (22-9-2013)

UN IMPULSO RENOVADO

      Queridos hermanos en el Señor:  Os deseo gracia y paz.

      El curso pastoral 2013-2014 va dando sus primeros pasos. Llega el momento del reencuentro con las personas y con las actividades, el tiempo de la planificación que nos permite revisar métodos, dar prioridad a determinadas acciones, sentirnos miembros de una Iglesia que peregrina por los senderos de la historia y experimenta la alegre esperanza de compartir vida y misión.      

      Estamos en el segundo estadio del Plan Diocesano de Pastoral 2012-2015. Se han llevado a cabo acciones que han actualizado los objetivos dentro de los tres grandes ámbitos del creer, del celebrar y del anunciar y vivir.      

      Solamente el Señor conoce los frutos de nuestro trabajo diocesano. Solamente Él puede recompensar el esfuerzo y la generosidad con la que se ha producido una siembra que deseamos sea fecunda. A Él nos encomendamos en esta nueva etapa.      

      La huella de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro ha marcado intensamente el período estival. Los jóvenes han manifestado la alegría de la fe y el compromiso de vivir un testimonio cada vez más sólido. Surgen nuevas iniciativas, actitudes generosas y renovada disponibilidad para anunciar con decisión y alegría a Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre, pero conocido y amado con mayor profundidad.       

      El 13 de octubre, dentro del contexto del Año de la Fe, se celebrará en Tarragona una solemne beatificación de aquellos que entregaron su vida como testigos apasionados de Jesucristo, mártires que experimentaron la violencia de quienes rechazaban la fe, hijos de la Iglesia que murieron perdonando a quienes les arrebataban la vida.      

      El 16 de noviembre todas las diócesis aragonesas participaremos en una peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Acudiremos gozosos a agradecer la fe creída, celebrada, vivida y orada. Experimentaremos, una vez más, nuestra condición de Pueblo peregrinante de Dios y viviremos una jornada de comunión eclesial.      

      El 24 de noviembre se clausurará el Año de la Fe, en el que estamos viviendo la alegría de creer y el entusiasmo de comunicar la fe. El Año de la Fe comenzó el 11 de octubre de 2012, en el cincuenta aniversario de la apertura solemne del Concilio Vaticano II, y fecha en la que se celebraban veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica.  Aquel mismo mes San Juan de Ávila fue proclamado Doctor de la Iglesia, y se desarrolló la Asamblea General del Sínodo de los Obispos sobre el tema de “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”.      

        El magisterio del Papa Francisco, rico y expresivo en signos y palabras, nos ha entregado su primera encíclica “Lumen fidei”, texto orientativo, guía segura en nuestra común experiencia creyente. El Papa nos dice que es urgente recuperar el carácter luminoso de la fe, pues, cuando su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo. Creer significa confiarse a un amor misericordioso, que siempre acoge y perdona, que sostiene y orienta la existencia, que se manifiesta poderoso en su capacidad de enderezar lo torcido de nuestra historia.  Caminemos, con impulso renovado, guiados por la luz de la fe.

      Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca.

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