Señor de la vida (5-4-2015)
SEÑOR DE LA VIDA
Queridos hermanos en el Señor: Os deseo gracia y paz.
El Papa Francisco afirmaba el Domingo de Pascua del año pasado: “Esta es la culminación del Evangelio, es la Buena Noticia por excelencia: Jesús, el crucificado, ha resucitado. Este acontecimiento es la base de nuestra fe y de nuestra esperanza: si Cristo no hubiera resucitado, el cristianismo perdería su valor; toda la misión de la Iglesia se quedaría sin brío, pues desde aquí ha comenzado y desde aquí reemprende siempre de nuevo. El mensaje que los cristianos llevan al mundo es este: Jesús, el Amor encarnado, murió en la cruz por nuestros pecados, pero Dios Padre lo resucitó y lo ha constituido Señor de la vida y de la muerte. En Jesús, el Amor ha vencido al odio, la misericordia al pecado, el bien al mal, la verdad a la mentira, la vida a la muerte”. A Dios de infinita misericordia, que reanima la fe de su pueblo con el retorno anual de la fiesta de Pascua, le pedimos que acreciente en nosotros los dones de su gracia, para que comprendamos mejor la inestimable riqueza del bautismo que nos ha purificado, del Espíritu que nos hace renacer y de la sangre que nos ha redimido. El misterio pascual tiene un doble aspecto: Cristo, por su muerte nos libra del pecado y por su resurrección nos abre el acceso a una nueva vida. La Vigilia pascual conmemora la noche en la que nace la luz. Es la fiesta de la luz, de la libertad, la fiesta de la nueva humanidad. Rezamos en la oración colecta: “Oh Dios, que iluminas esta noche santa con la gloria de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio”.
Cantamos en el pregón pascual: “esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos”. En la oración colecta del Domingo de Pascua la Iglesia ora: “Señor Dios, que en este día nos has abierto las puertas de la vida por medio de tu Hijo, vencedor de la muerte, concede a los que celebramos la solemnidad de la resurrección de Jesucristo, ser renovados por tu Espíritu, para resucitar en el reino de la luz y de la vida”. La resurrección de Cristo confirma todo lo que hizo y enseñó. Es el cumplimiento de todas las promesas, las consignadas en el Antiguo Testamento y las anunciadas por el mismo Jesucristo.
La resurrección de Cristo es principio y fuente de nuestra resurrección futura. La vida cristiana es radicalmente vida pascual. Es hacer el camino de Jesús. Reproducir su imagen. Actualizar en la propia vida los misterios de su vida.
La pascua de Cristo no es solo un suceso que acontece dentro de la historia. Es un acontecimiento que funda y configura la historia. Es el nuevo Génesis que hace nuevas todas las cosas. Cristo, el Viviente, vive dentro de la comunidad y la está vivificando en su misma resurrección.
¡Feliz Pascua!
Recibid mi cordial saludo y mi bendición.
+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca