Caminando con Jesús. Carta a los niños de catequesis (22-9-2019)
CAMINANDO CON JESÚS. CARTA A LOS NIÑOS DE CATEQUESIS
Queridos niños:
Vuestros padres y abuelos os han apuntado a catequesis. Sabéis que no es otra actividad más como las que hacéis por las tardes. Es algo distinto porque os hace crecer por dentro. A lo largo del verano habéis dado un estirón y la ropa del curso pasado ya no os sirve. Además de crecer hacia arriba también tenéis que crecer hacia el interior, conociendo más y mejor a Jesús. Y también vais a crecer alrededor de vosotros mismos cuando conozcáis a otros niños de vuestra edad.
En catequesis aprenderéis lo que quieren decir algunas palabras nuevas, como “sacramento”, “Biblia”, “eucaristía” y muchas más. También conoceréis algunas oraciones muy bonitas que los cristianos rezamos cada día. Y hasta podréis hablar con Jesús para contarle vuestras alegrías, vuestras dificultades, los problemas de vuestros papás o las visitas a los médicos de vuestros abuelos. Él ya conoce todas estas cosas, pero le gusta que le digáis todo lo que os hace felices y todo lo que os preocupa. Así podéis darle gracias por todo lo bueno y pedirle para que pase pronto todo lo malo.
Cuando jugáis en los jardines, en los parques, en las calles o en las plazas, sabéis que siempre están cerca vuestros padres o vuestros abuelos. Jesús también está cerca de vosotros. Es vuestro amigo. Os acompaña. Seguro que este verano habéis hecho alguna excursión o algún paseo largo. En el camino a veces nos cansamos y los que están a nuestro lado nos ofrecen algo de beber o alguna cosa buena para comer. También Jesús nos da un alimento diferente para que podamos seguir caminando.
Jesús quiere que os acerquéis a Él. Cada domingo, acompañados por vuestros padres y abuelos, junto con los demás niños de catequesis, con vuestros catequistas y con otras personas escucharéis las palabras de Jesús. Además, oiréis hablar de sus milagros, de sus discípulos, de la gente que le veía y escuchaba, de los enfermos que quedaban curados, de los que le querían y de muchas cosas más.
Os enseñarán a responder cuando estéis en la iglesia. También descubriréis lo importante que es cantar o estar en silencio. Sabréis distinguir los colores que el sacerdote usa cada domingo: verde, blanco, rojo, morado. Pronto os daréis cuenta de que no es lo mismo estar sentados que de pie o de rodillas. Para vosotros es difícil estar mucho rato en la misma postura. Os gusta moveros. También el sacerdote se mueve. Comienza caminando y cantando hacia un lugar un poco elevado, y luego reza en un sitio, lee y explica en otro y celebra en una mesa grande que se llama altar.
Los que se encuentran con Jesús ven que su vida cambia. Su vida mejora. Ya no se sienten solos. Ya no están tristes. Ya no están desorientados o perdidos. Después de cada noche llega un nuevo día y Jesús es la nueva luz. Jesús es un nuevo amanecer.
Además, junto a vosotros hay una gran familia que se llama Iglesia. En estos momentos, en lugares muy diferentes, con idiomas que no conocéis, hay muchos niños como vosotros que también se están preparando para recibir por primera vez a Jesús. Son de todos los continentes. Todos quieren ser amigos de Jesús y van a catequesis muy contentos.
En muchos lugares del mundo los niños no tienen mesas para estudiar, ni libros para leer, ni comida para alimentarse, ni casa, ni agua potable. No tienen casi nada, pero son felices cuando conocen a Jesús.
A lo mejor los padres de algunos niños que conocéis han nacido muy lejos. Han hecho viajes muy largos y pesados. Y ahora están aquí. Y son nuestros hermanos.
No olvidéis que Jesús os quiere mucho.
Recibid un saludo.
+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca.