"No se trata solo de migranets" (29-9-2019)
“NO SE TRATA SOLO DE MIGRANTES”
Estimados hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
Varias Conferencias Episcopales han solicitado a la Santa Sede cambiar de enero al último domingo de septiembre la “Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado”. Por ello, este año se celebra en la nueva fecha y con el lema: “No se trata solo de migrantes”.
En su “Mensaje”, el Papa Francisco parte de tres consideraciones:
1) “Las sociedades económicamente más avanzadas desarrollan en su seno la tendencia a un marcado individualismo que, combinado con la mentalidad utilitarista y multiplicado por la red mediática, produce la "globalización de la indiferencia"”.
2) “En este escenario, las personas migrantes, refugiadas, desplazadas y las víctimas de la trata, se han convertido en emblema de la exclusión porque, además de soportar dificultades por su misma condición, con frecuencia son objeto de juicios negativos, puesto que se las considera responsables de los males sociales”.
3) “La actitud hacia ellas constituye una señal de alarma, que nos advierte de la decadencia moral a la que nos enfrentamos si seguimos dando espacio a la cultura del descarte. De hecho, por esta senda, cada sujeto que no responde a los cánones del bienestar físico, mental y social, corre el riesgo de ser marginado y excluido”.
El Papa toma como punto de partida de su exposición algunos textos del Nuevo Testamento y, de un modo pedagógico, va repitiendo: “No se trata solo de migrantes, también se trata de nuestros miedos”. “No se trata solo de migrantes: se trata de la caridad”. “No se trata solo de migrantes: se trata de nuestra humanidad”. “No se trata solo de migrantes: se trata de no excluir a nadie”. “No se trata solo de migrantes: se trata de poner a los últimos en primer lugar”. “No se trata solo de migrantes: se trata de la persona en su totalidad, de todas las personas”. “No se trata solo de migrantes: se trata de construir la ciudad de Dios y del hombre”.
La explicación del Santo Padre es muy clara: “En nuestra época, también llamada la era de las migraciones, son muchas las personas inocentes víctimas del "gran engaño" del desarrollo tecnológico y consumista sin límites (cf. Carta enc. Laudato si’, n. 34). Y así, emprenden un viaje hacia un "paraíso" que inexorablemente traiciona sus expectativas”.
La presencia, a veces incómoda, de los migrantes “contribuye a disipar los mitos de un progreso reservado a unos pocos, pero construido sobre la explotación de muchos”.
Esto requiere un cambio de perspectiva: “Se trata, entonces, de que nosotros seamos los primeros en verlo y así podamos ayudar a los otros a ver en el emigrante y en el refugiado no solo un problema que debe ser afrontado, sino un hermano y una hermana que deben ser acogidos, respetados y amados, una ocasión que la Providencia nos ofrece para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, una democracia más plena, un país más solidario, un mundo más fraterno y una comunidad cristiana más abierta, de acuerdo con el Evangelio” (Mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2014).
El Papa resume en cuatro verbos la respuesta al desafío que plantean las migraciones contemporáneas: acoger, proteger, promover e integrar.
El Santo Padre nos exhorta con estas palabras: “no solamente está en juego la causa de los migrantes, no se trata solo de ellos, sino de todos nosotros, del presente y del futuro de la familia humana. Los migrantes, y especialmente aquellos más vulnerables, nos ayudan a leer los "signos de los tiempos". A través de ellos, el Señor nos llama a una conversión, a liberarnos de los exclusivismos, de la indiferencia y de la cultura del descarte”.
Recibid mi cordial saludo y mi bendición.
+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca.