"Cuidémonos mutuamente" (7-2-2021)

“CUIDÉMONOS MUTUAMENTE”

       Queridos hermanos en el Señor:
       Os deseo gracia y paz.

       El 11 de febrero, XXIX Jornada Mundial del Enfermo, cuyo lema este año es “Cuidémonos mutuamente”, comienza en España la campaña que culminará el 9 de mayo, Pascua del enfermo.
       El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral destaca el siguiente tema bíblico: “Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos” (Mt 23,8).
       El Papa Francisco afirma en su Mensaje que esta Jornada “es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades” (Mensaje, introducción).
       Ante la condición de necesidad de cualquier persona, Jesús nos propone “detenerse, escuchar, establecer una relación directa y personal con el otro, sentir empatía y conmoción por él o por ella, dejarse involucrar en su sufrimiento hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del servicio” (Mensaje, 1).
       La actual pandemia nos hace conscientes de nuestra vulnerabilidad, de las insuficiencias sanitarias y de las carencias en la atención de los enfermos. Pero también nos permite valorar “la entrega y la generosidad de agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y trabajadoras, sacerdotes, religiosos y religiosas que, con profesionalidad, abnegación, sentido de responsabilidad y amor al prójimo han ayudado, cuidado, consolado y servido a tantos enfermos y a sus familiares. Una multitud silenciosa de hombres y mujeres que han decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las heridas de los pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia humana” (Mensaje, 3).
       El 16 de septiembre de 2020, en la Audiencia general, el Papa Francisco se expresó de esta manera: “Para salir de una pandemia, es necesario cuidarse y cuidarnos mutuamente. También debemos apoyar a quienes cuidan a los más débiles, a los enfermos y a los ancianos. Existe la costumbre de dejar de lado a los ancianos, de abandonarlos: está muy mal. Estas personas -bien definidas por el término español "cuidadores"-, los que cuidan de los enfermos, desempeñan un papel esencial en la sociedad actual, aunque a menudo no reciban ni el reconocimiento ni la remuneración que merecen. El cuidado es una regla de oro de nuestra humanidad y trae consigo salud y esperanza (cf. Laudato Si`, 70). Cuidar de quien está enfermo, de quien lo necesita, de quien ha sido dejado de lado: es una riqueza humana y también cristiana”.
       El cuidado recíproco, “hacernos espaldas” mutuamente, es nuestro distintivo.

       Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca

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