Abiertos de corazón (12-9-2021)
ABIERTOS DE CORAZÓN
Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
El verano tiene un valor especial y diversidad de modalidades eclesiales. En las parroquias que reciben más visitantes, la actividad se multiplica, sobre todo en cuanto a las celebraciones litúrgicas dominicales y fiestas patronales. La actual situación de incertidumbre sanitaria ha redoblado la atención a las medidas preventivas: vacunas, control de aforos, geles hidroalcohólicos, mascarillas, distancias, etc.
En muchos lugares podríamos hablar de un “abierto por vacaciones”. Se ha intensificado la tarea y se ha respondido con gran generosidad. Se ha acogido a los residentes y a los visitantes con amor fraterno y espíritu de servicio.
Con la llegada de un nuevo mes, nos disponemos a proseguir nuestro gozoso testimonio de la Buena Noticia. Somos conscientes de que el corazón humano tiene ansia de infinito y que, en lo profundo de cada persona, hay una sed de Dios y una semilla de esperanza.
El avance en la edad de los agentes de pastoral no nos debe asustar. La sequía vocacional nos obliga a rezar con mayor intensidad y con más confianza. Nadie tiene más interés que el Señor por todas y cada una de las personas a las que somos enviados. El mundo necesita, hoy más que nunca, acercarse a Jesucristo y encontrar en Él respuesta a los constantes interrogantes de la humanidad, y recibir sentido, aliento, cercanía y horizonte.
Tenemos un nuevo proyecto de formación permanente de catequistas para todas las diócesis aragonesas. Los catecismos “Los primeros pasos en la fe”, “Jesús es el Señor” y “Testigos del Señor” siguen siendo instrumentos muy válidos.
En octubre comenzaremos un período de oración y reflexión en el que nos
comprometemos a caminar juntos en un proceso sinodal en el que sentimos la común
responsabilidad de crecer en comunión, participación y misión.
Hacia un renovado Pentecostés, continuaremos avanzando en los cuatro itinerarios señalados en el Congreso de laicos: primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública. Precisamente, en estos días se están dando a conocer los diferentes procesos formativos ofrecidos en la Diócesis para el nuevo curso pastoral.
Aunque el año escolar determina muchas de nuestras actividades, no podemos olvidar que la medida de nuestro tiempo la marca el año litúrgico, celebración actualizada de los misterios centrales de nuestra fe.
Nos encomendamos a la Bienaventurada Virgen María, estrella de la Nueva Evangelización, que nos precedió en el camino de la fe y es imagen perfecta de lo que ha de llegar a ser la Iglesia.
Recibid mi cordial saludo y mi bendición.
+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca