"No explotarás ni oprimirás al emigrante" -Ex 22, 20 (26-9-2021)

"No explotarás ni oprimirás al emigrante" (Ex 22, 20) 

    Queridos hermanos en el Señor
    Os deseo gracia y paz.
    La Sagrada Escritura recuerda la experiencia que vivió el pueblo de Israel para sacar las
oportunas consecuencias: “No explotarás ni oprimirás al emigrante, pues emigrantes fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” (Ex 22,20); “No vejes al emigrante, conocéis la suerte del emigrante, porque emigrantes fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” (Ex 23,9); “Maldito quien viole el derecho del emigrante” (Dt 27,19).
El Señor también advierte por medio de los profetas: “si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda (…), entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace tiempo y para siempre” (Jr 7,6-7); “No oprimáis a viudas y huérfanos, a emigrantes y pobres” (Zac 7,10).
     El pueblo de Israel distinguía con nitidez entre “nosotros” (el “pueblo”) y “los otros” (las “naciones”). Este contraste se prolonga en la historia y en nuestra vida cotidiana.
     Si queremos responder al proyecto de Dios, hemos de caminar hacia una cultura de la integración. “Hacia un "nosotros" cada vez más grande” es el lema que se propone para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
     Los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana escriben: “este "nosotros" se abre como un camino que hay que emprender entre las fronteras del descarte y de los muros que hemos de detectar, pero es el proyecto que Dios Padre tiene para seguir gestando una humanidad de hermanos”. Y explican:
- “Un "nosotros" que crece en cada corazón que se atreve a ser samaritano”.
- “Un "nosotros" que crece en cada comunidad cristiana cuando aprendemos a acoger, proteger, promover e integrar”.
- “Un "nosotros" que crece al desplegar nuestra vocación católica como Iglesia que responde unida a este signo de nuestro tiempo”.
- “Un "nosotros" que se hace grande cuando aprendemos a caminar con la sociedad civil, aportando nuestras miradas de fe y la sabiduría de nuestro camino”.
    También la Sagrada Familia experimentó el sufrimiento de la migración. El ángel del Señor se apareció en sueños a José para decirle que tomase al niño y a la Virgen María y huyese a Egipto: “José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes” (Mt 2,14-15).
Jesús se identifica con el hambriento, el sediento, el forastero, el enfermo, el desnudo, el encarcelado: “fui forastero y me hospedasteis”; “fui forastero y no me hospedasteis” (Mt 25,35.43).
    Recibid mi cordial saludo y mi bendición.


+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca

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