Iniciativas por la paz en Ucrania (27-3-2022)

INICIATIVAS POR LA PAZ EN UCRANIA

    Queridos hermanos en el Señor:
    Os deseo gracia y paz.

    Las noticias que nos llegan de Ucrania conmueven los cimientos de nuestro continente, estremecen nuestras entrañas y acrecientan nuestra solidaridad con las personas que sufren más directamente las dramáticas consecuencias de la agresión violenta y cruel.
    La creatividad del amor ha hecho surgir diferentes tipos de iniciativas como respuesta directa de ayuda.
Se realizan vigilias de oración, peticiones en las eucaristías, súplicas en los ejercicios piadosos de Cuaresma, intenciones en el rezo del Santo Rosario, momentos orantes en los colegios y en las catequesis de los sacramentos de iniciación cristiana. Las celebraciones litúrgicas y la plegaria en las familias se hacen intensas y frecuentes.
    Han surgido generosas iniciativas de acogida a los refugiados, en colaboración con las instituciones oficiales. El esfuerzo debe estar coordinado para asegurar techo, alimentación, escolarización de quienes están estudiando, ayuda psicológica, apoyo para el aprendizaje de nuestro idioma, trabajo para las personas adultas, espacios para el ejercicio del deporte y propuestas para el ocio cultural.
    A través de Cáritas se puede ayudar económicamente, en coordinación con Cáritas Ucrania y Cáritas Polonia. Así tenemos la seguridad de que nuestra colaboración llega a su destino y responde a las necesidades más acuciantes, para atender las peticiones directas.
     La paz brota de los corazones, se fortalece en las familias, se construye entre las naciones. Siempre supone esfuerzo, decisión, voluntad y trabajo intenso. Cuando nos dejamos iluminar por el resplandor de la verdad, podemos emprender el camino de la paz.
     Hemos de ser artífices de paz, no solamente pacifistas, sino agentes de la paz, constructores de nuevas y fraternas relaciones, artesanos que consolidan pacientemente el tejido social edificado sobre la dignidad de los pueblos y la justicia entre las naciones.
     El don de la paz, gran anhelo del corazón humano, supera nuestras capacidades y fuerzas. Por eso, es decisivo que dirijamos nuestra oración al Señor para que nos conceda este preciado objetivo.
     Rezamos a la Virgen María, Reina de la paz, para que interceda y se restablezca la paz firme y justa.
Pedimos al Señor que la paz se instale en las conciencias, en la convivencia entre los pueblos, en las relaciones internacionales, en los proyectos supranacionales.
     Que calle el ruido de las armas. Que nos haya más heridos, ni muertos, ni desplazados. Que las familias puedan vivir seguras sin temor a todo lo que quebranta y despedaza la armonía y la convivencia. Que nadie se vea obligado a separarse de sus seres queridos.

     Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca

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