Inauguración del Año Jubilar 2025 (29-12-2025)
INAUGURACIÓN DEL AÑO JUBILAR 2025
Peregrinos de esperanza
+ Vicente Jiménez Zamora
Administrador Apostólico de Huesca y de Jaca
El Papa Francisco convocó el Jubileo del año 2025 con la Bula Spes non confundit la esperanza no defrauda, Romanos 5,5). “La vida cristiana es un camino, que también necesita momentos fuertes para alimentar y robustecer la esperanza, compañera insustituible que permite vislumbrar la meta: el encuentro con el Señor Jesús”.
En nuestras Diócesis de Huesca y de Jaca nos disponemos a inaugurar el Año Jubilar 2025 con la celebración litúrgica el domingo 29 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia.
Desde el año 2023 nos hemos estado preparando con el estudio del Concilio Vaticano II en sus cuatro grandes constituciones, siguiendo la voluntad del Papa Francisco, con la ayuda de los Cuadernos del Concilio. El año 2024 ha estado dedicado al tema de la oración, a través de los cuadernos Apuntes sobre la oración.
Como dice el Papa Francisco, debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar el futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras. El Jubileo que ahora, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente.
Signos de esperanza en el Jubileo. El Papa Francisco en la Bula Spes non confundit nos pide que no olvidemos la dimensión social del Jubileo y que demos signos de esperanza. Señala entre otros signos de esperanza los siguientes: el sentido de la fraternidad universal; no podemos cerrar los ojos ante la pobreza que impide a tantos hermanos nuestros vivir de manera humanamente digna; estamos llamado a ayudar a refugiados y emigrantes. Desde los orígenes bíblicos, el Año Jubilar ha sido siempre una llamada a restablecer en nuestro mundo la justicia querida por Dios. No podemos olvidarnos del cuidado de la casa común. “De hecho, un número cada vez mayor de personas, incluidos muchos jóvenes y adolescentes, reconocen que el cuidado de la creación es expresión esencial de la fe en Dios y de la obediencia a su voluntad”. La dimensión espiritual del Jubileo no debería separarse de estos aspectos fundamentales de la vida social, porque, en caso contrario, la celebración quedaría incompleta.
Nuestra mirada creyente se dirige en este Año Jubilar a la Virgen María, Madre de la esperanza. Al contemplarla con ojos de fe y amor, los cristianos vemos en Ella alguien que, como ha enseñado el Concilio Vaticano II, es, al mismo tiempo, “miembro eminente”, “modelo” y “Madre de la Iglesia” (LG 63). Que María guíe el camino del Jubileo y mantenga viva nuestra esperanza.