La Iglesia es educadora (1-5-2011).
LA IGLESIA ES EDUCADORA
Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
Los padres de familia saben que es muy importante apuntar a sus hijos a clase de Religión y Moral Católica cuando realizan su inscripción o su matrícula para el próximo curso escolar.
La Iglesia es educadora en un triple sentido: 1) Dando a conocer a Dios. 2) Enseñando a amar como Él. 3) Ayudando a compartir.
La Iglesia educa: 1) Respondiendo a los problemas y preguntas más profundas del alumno. 2) Fundamentando y dando razones de los valores más altos: el amor, la justicia, la libertad, el perdón… 3) Jesucristo enseña a discernir los valores que hacen al hombre y los contravalores que le degradan.
La Constitución Española reconoce que es un derecho fundamental de los padres que la formación religiosa y moral de los hijos sea según las propias convicciones de los padres.
El corazón de la enseñanza religiosa es Jesucristo, que con sus palabras, sus obras y su misma persona es un ejemplo continuo de amor y de esperanza. Jesucristo es para el alumno fuerza en la debilidad, misericordia y perdón en el pecado, amor y comprensión en la soledad y, sobre todo, es un don, pues nos da su Vida para que tengamos vida abundante, plena y eterna. El Señor nos da razones para creer, para esperar, para amar y, en definitiva, para vivir.
Los padres, sacerdotes y profesores están llamados a trabajar conjuntamente para que los alumnos reciban una formación integral con la clase de Religión.
La clase de Religión Católica ayuda a conocer la cultura y valores de nuestro pueblo, permite conocer y apreciar otras culturas y religiones y su importancia en nuestra sociedad.
La clase de Religión Católica ofrece la gran fuerza educadora de la fe para el desarrollo integral de los alumnos.
La clase de Religión Católica ayuda a que el alumno comprenda otras asignaturas: Historia, Literatura, Arte, Filosofía, Lengua…
Agradecemos la generosidad con que los maestros y profesores cristianos preparan e imparten las clases de Religión Católica, y el interés y atención con que trabajan por la calidad de la formación religiosa escolar. De este modo, se asegura que la enseñanza de la Religión tenga en la organización docente el lugar, los medios didácticos, el tratamiento académico y el tiempo que les corresponde, como materia equiparable a las demás asignaturas fundamentales.
Decía Benedicto XVI en 2007: “Es nuestra tarea intentar responder a la demanda de verdad confrontando sin temor la propuesta de la fe con la razón de nuestro tiempo. Así, ayudaremos a los jóvenes a ensanchar los horizontes de su inteligencia, abriéndose al misterio de Dios, en el que se halla el sentido y la dirección de su existencia” (Congreso de la diócesis de Roma, 11-6-2007).
Recibid mi cordial saludo y mi bendición.
+Julián Ruiz Martorell, obispo de Huesca y de Jaca.