Dia de la Iglesia Diocesana (13-11-2011)

DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA


      Queridos hermanos en el Señor:
      Os deseo gracia y paz.
     
      Recibimos, vivimos y celebramos la fe en nuestras parroquias, comunidades y grupos. En estos ámbitos se desarrolla de modo habitual nuestra experiencia cristiana. En ellos experimentamos e incrementamos nuestra identidad, nuestra vocación y nuestra misión. Pero también pertenecemos a una comunidad más amplia: la diócesis.
      El canon 369 del Código de Derecho Canónico expone: “La diócesis es una porción del pueblo de Dios, cuyo cuidado pastoral se encomienda al Obispo con la cooperación del presbiterio, de manera que, unida a su pastor y congregada por él en el Espíritu Santo mediante el Evangelio y la Eucaristía, constituya una Iglesia particular, en la cual verdaderamente está presente y actúa la Iglesia de Cristo una santa, católica y apostólica”.
      Afirma el nº 833 del Catecismo de la Iglesia Católica: “Se entiende por Iglesia particular, que es en primer lugar la diócesis, una comunidad de fieles cristianos en comunión en la fe y en los sacramentos con su obispo ordenado en la sucesión apostólica. Estas Iglesias particulares están "formadas a imagen de la Iglesia Universal. En ellas y a partir de ellas existe la Iglesia católica, una y única" (LG 23)”.
      Desde esta perspectiva, estamos atentos al Proyecto Diocesano de Pastoral y sentimos como propias todas las iniciativas pastorales diocesanas. Los latidos de nuestro corazón están en sintonía con el ritmo vital de la diócesis. Vivimos una experiencia de integración y de sensibilización con todos los que, a nuestro alrededor, siguen a Jesucristo.
      Somos partícipes de un interés común por la formación de los seminaristas, la atención a los sacerdotes enfermos y ancianos, la construcción de una nueva parroquia en Huesca, el compromiso socio-caritativo con los más pobres, la nueva evangelización, y todos los proyectos que cuentan con el impulso motriz del Espíritu Santo y requieren la colaboración activa y responsable de todos nosotros.
      Consideramos como tarea prioritaria que la Palabra de Dios se haga accesible a todos y, acogida en la mente y en el corazón, sea luz que ilumine y agua que purifique con el mensaje del Evangelio.
      Según los “Lineamenta” de la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se dedicará a “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”, “para anunciar y difundir el Evangelio es necesario que la Iglesia promueva modelos de comunidades cristianas capaces de articular con fuerza las obras fundamentales de la fe: caridad, testimonio, anuncio, celebración, escucha y coparticipación” (nº 12).
      Lo esencial de nuestra vida cristiana brota de nuestra unión personal con Cristo. Él nos enseña que la vida plena no está en el éxito (“quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará”: Mt 16,25), sino en el amor y la entrega a los demás. El que trabaja con Cristo y por Cristo sabe, además, que “uno siembra y otro siega” (Jn 4,37). Nosotros trabajamos para que los caminos del mundo se abran a Jesucristo.
      Por ello, recordamos el lema del Día de la Iglesia Diocesana de este año: “La Iglesia contigo, con todos. Participa”.
     
      Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+ Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca

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