El Año de la Fe -II- (7-10-2012)

EL AÑO DE LA FE (II)

Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
Continuamos con el resumen de la Carta apostólica “Porta fidei”:
15) Profesar con la boca indica que la fe implica un testimonio y un compromiso público.
16) La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con Él.
17) La profesión de fe es un acto personal y, al mismo tiempo, comunitario. El primer sujeto de la fe es la Iglesia. En la fe de la comunidad cristiana cada uno recibe el bautismo, signo eficaz de la entrada en el pueblo de los creyentes para alcanzar la salvación.
18) El conocimiento de los contenidos de la fe es esencial para dar el propio asentimiento, es decir, para adherirse plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia.
19) Muchas personas buscan con sinceridad el sentido último y la verdad definitiva de su existencia y del mundo. Esta búsqueda es un “preámbulo” de la fe.
20) El Año de la fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados sistemática y orgánicamente en el Catecismo de la Iglesia Católica, “regla segura para la enseñanza de la fe” e “·instrumento válido y legítimo al servicio de la comunión eclesial”.
21) Será decisivo volver a recorrer la historia de nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado.
22) Durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, “que inició y completa nuestra fe” (Hb 12,2).
23) Por la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega.
24) Por la fe, los Apóstoles dejaron todo para seguir al Maestro.
25) Por la fe, los discípulos formaron la primera comunidad reunida en torno a la enseñanza de los Apóstoles.
26) Por la fe, los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio.
27) Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo, dejando todo para vivir en la sencillez evangélica, la obediencia, la pobreza y la castidad.
28) Por la fe, hombres y mujeres de toda edad han confesado a lo largo de los siglos la belleza de seguir al Señor Jesús.
29) También nosotros vivimos por la fe: para el reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente en nuestras vidas y en la historia.
30) El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda.
31) Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio creíble de los que, iluminados en la mente y el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, esa que no tiene fin.
32) La vida de los cristianos conoce la experiencia de la alegría y el sufrimiento. Cuántos han experimentado la soledad. Cuántos creyentes son probados también en nuestros días por el silencio de Dios, mientras quisieran escuchar su voz consoladora. Las pruebas de la vida, a la vez que permiten comprender el misterio de la Cruz y participar en los sufrimientos de Cristo, son preludio de la alegría y la esperanza a la que conduce la fe.

Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell,obispo de Jaca y de Huesca

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