Comentario al evangelio. Domingo 24º Ordinario, ciclo B.

     Un joven llamó al pastor para decirle que quería hacerse miembro de la parroquia. Pero que no tenía intención de ir a misa todos los domingos ni asistir a las clases de Biblia ni ser lector ni visitar a los enfermos ni…
     El pastor le alabó el deseo de hacerse miembro de la parroquia, pero le dijo que la iglesia que buscaba se encontraba a las afueras de la ciudad. El joven anotó la dirección y colgó.
     Cuando llegó a la dirección que el pastor le había dado encontró una iglesia abandonada y algunos edificios tapiados y listos para ser destruidos.
     Cuando Jesús invita a seguirle, a afiliarse a su iglesia, invita a ponerse en camino, a peregrinar. No invita a ser sus huéspedes en un hotel maravilloso en el mar Caribe.
     El evangelio de hoy es una parada a lo largo del camino con Jesús. En esa conversación Jesús nos pregunta: ¿Quién dice la gente que soy yo?
     Mi madre dice…
     Mi padre siempre me dijo…
      Según este libro, según el periódico…
     Repetir lo que los otros dicen es muy barato. A Jesús no le interesan nuestros conocimientos teológicos. Se puede ser una enciclopedia y estar vacío. Tú puedes conocer todas las respuestas que otros han dado, pero no tener tu respuesta. Y como Pedro podemos dar la verdadera respuesta, pero sin contenido.
      "¿Quién decís que soy?"
      No, no me digas esas definiciones que aprendiste de pequeño. No es cuestión de palabras, palabra hablada, sino de la palabra vivida.
      Una confesión plena de fe en Jesús se hace sólo con acciones, en tus acciones.
      Las palabras expresan deseos, opiniones, sentimientos…las acciones expresan la verdad de nuestras vidas, las acciones expresan nuestras convicciones y éstas tienen un precio.
      "¿Quién decís que soy?"
      No te preocupes si no sabes contestar. El viaje con Jesús dura toda la vida y a lo largo de este peregrinar se nos va revelando, poco a poco, el significado de su persona y de su vida.
      Algunos piensan que el día en que aceptaron a Cristo y decidieron hacerse cristianos era el final del viaje.          Ese fue el primer paso, muy importante, pero sólo un primer paso.
       El viaje con Jesús es una relación permanente. No sigues un conjunto de verdades sino una persona. No estás casado con un príncipe rico, poderoso, guapo sino con un siervo de Dios sufriente y amante.
      Un viaje implica movimiento, de aquí allá, un proceso largo, estar dispuesto a crecer y a aceptar las sorpresas.
      Como en todos los viajes, hay días en los que te preguntarás si el viaje merece la pena. Te cansarás y encontrarás dificultades difíciles de resolver. No te sientas culpable. Simplemente sigue caminando.
      La llamada al discipulado requiere disciplina para mantenerse fiel. El entusiasmo es pasajero. La mejor disciplina es estudiar la Palabra, la meditación, la oración, la Eucaristía dominical.
      Dios no está nunca lejos de nosotros. Nosotros estamos lejos de Él.
 
P. Félix Jiménez Tutor, Sch. P.
 
 
 
 
We use cookies
Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas este portal web que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.