Comentario a las lecturas,.Domingo 7º Ordinario, ciclo A.

1.- QUÉ ERA LA LEY DEL TALIÓN. 

     Esta ley la encontramos en la Biblia como un remedio para humanizar los temibles códigos de venganza que existían entonces. Así en Dt. 19,21 se lee: »Vida por vida; ojo por ojo, diente por diente, mano por mano y pie por pie». Tu puedes hacer al otro el mismo daño que te han hecho, pero no te puedes propasar (Si te han arrancado un diente, tú no le puedes arrancar las muelas).
Hay que tener en cuenta que:
   1) No existe perspectiva de vida futura.
   2) No hay policías.
   3) La ley era para todos, aunque fuera el hijo del rey.
   4) es como la expresión del principio: no hagas a otro lo que no quisieras que te hicieran a ti.

2.-JESUS ELIMINA LA LEY DEL TALIÓN. 

     «Habéis oído: ojo por ojo y diente por diente … pero YO OS DIGO». Aquí Jesús aparece como un nuevo Legislador. Y lo bueno es pensar que Jesús saca las leyes de su propio corazón. Nadie puede mandar el perdonar a sus enemigos si antes no lo hubiera realizado ÉL. «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Los cristianos no nos situamos ante una ley, una norma, un Código sino ante la Persona de Jesús. La norma de Jesús fue ésta: »Yo hago siempre lo que al Padre le agrada» (Jn. 8,29). La norma del cristiano debe ser ésta: «Yo hago siempre lo que agrada a Jesús». Santa Teresita hacía su examen de conciencia diario con estas palabras: ¿y Tú, Jesús, ¿estás contento de lo yo he hecho en este día?

3.- JESÚS NO SOLO ELIMINA SINO TRASCIENDE LA LEY DE TALION.

     Podía haber dicho: «Si te abofetean en una mejilla, tú no le respondas con otra bofetada, pero dice: Tú, preséntale la otra. Podría haber dicho: «al que te pide el manto, la ropa exterior, deja que se lo lleve». Pero le dice: «dale también la túnica, es decir, la ropa interior» Y se queda desnudo. Desnudos, sin argumentos, sin razonamientos humanos, fiándonos plenamente de Él. Jesús quiere sanar nuestras raíces de pecado. El pecado siempre nos hace daño. El obrar como Jesús siempre nos hace bien. Yo no convenceré nunca al malvado si le digo que su actitud me hace daño a mí o a otros. Pero le podré ayudar si le convenzo de que su actitud le está haciendo un daño irreparable a sí mismo… En este Domingo se nos da lo mejor del evangelio. Tal vez Nietzsche tenía más razón cuando decía: «Sólo hubo un cristiano y ése murió en la cruz.»

Iglesia en Aragón

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