Comentario evangélico. Domingo 1 B Cuaresma.

Domingo I de Cuaresma, 26 de febrero de 2012.   Marcos 1,12-15 ciclo B.

La cuaresma, una oportunidad nueva
       ¿Por qué ha sido conducido Jesús al desierto? ¿por qué estuvo allí, precisamente 40 días? ¿Por qué se dejó tentar por el diablo? Estas preguntas o algunas similares pueden surgirnos cuando escuchemos el evangelio de hoy.  No tenemos repuestas definitivas y cerradas a estos interrogantes. Pero también es cierto que la misma Escritura nos ayuda a explicar pasajes que a veces presentan alguna dificultad, siguiendo el principio que afirma que la Biblia se explica con la Biblia misma.
       El desierto y los cuarenta días son una clara referencia a los 40 años que pasó el pueblo de Israel en el desierto, cuando Dios los sacó de Egipto,  y los quiso conducir a la tierra prometida.  El desierto para Israel fue tiempo de infidelidad a Dios, después de que le habían prometido fidelidad, las inclemencias del desierto (soledad, sequía, calor, desorientación..) llevaron al pueblo a dar la espalda a Dios.  Sin embargo en el desierto no todo se perdió.  Porque Dios volvió a conceder una segunda oportunidad al pueblo, cuando éste se había arrepentido de su pecado.  Y esta segunda oportunidad (la renovación de la Alianza, Ex 34) se produjo en el desierto.   Hoy Jesús es conducido al desierto y es tentado. Y resiste la tentación para ayudarnos a que también nosotros resistamos ante la tentación cuando ésta toque a nuestra puerta. Hay un pasaje precioso de la carta a los Hebreos 2,18 que dice así: “Como Él ha pasado la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella”.  En el dolor y también en la tentación Jesús ha resistido, dándonos así ejemplo. 
        Después de la escena de las tentaciones y del arresto de Juan el Bautista nos encontramos con las primeras palabras que escuchamos de labios de Jesús en este evangelio.  Que proclaman la urgencia de la conversión al evangelio.  Porque el tiempo ya se ha cumplido. El Reino de Dios ya “se ha acercado” dice el texto griego.  Lo que significa decir que el Reino ya está aquí.  No hay, por tanto,  tiempo que perder.  Si queremos formar parte de este Reino, nos dice Jesús,  somos invitados a volver nuestro corazón a Dios.  Y eso supondrá, sin duda, renunciar a todo lo que nos aleje de Él, o enturbie nuestra amistad con Dios, con el consiguiente esfuerzo por nuestra parte.  Sí, esfuerzo personal, ¿pero hay alguna cosa verdaderamente importante en esta vida que esté desprovista de sacrificio?  ¡Cuánto más sentido tendrá nuestro esfuerzo si lo que buscamos es estrechar nuestra amistad con Dios!
        La Cuaresma, que hoy inaugura solemnemente la Iglesia no es un tiempo gris y triste, al contrario es un tiempo para la esperanza. Porque a pesar de nuestras infidelidades, Dios quiere seguir estando de nuestra parte.   La Cuaresma es una oportunidad nueva que Dios nos da para renovar la amistad con Él.  Podemos vivir el particular desierto de nuestra vida con la ayuda de Jesús o sin ella.  Nosotros decidimos.

Rubén Ruiz Silleras.

 

We use cookies
Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas este portal web que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.