Mayo 2015. Judith camino de Betulia

1797. Óleo sobre lienzo

Catedral de San Pedro de Jaca

En mayo mostramos la obra "Judith camino de Betulia" expuesta en el ámbito del museo dedicado a los siglos XVII y XVIII. Esta pieza es obra del pintor madrileño Luis Paret y Alcázar (1746 – 1799),  hijo de padre francés y madre española que fue educado en el pensamiento ilustrado y está considerado como el mayor representante de la pintura rococó en nuestro país. A los diez años ingresó en la Real Academia de San Fernando y después estudió en Roma durante tres años pensionado por su protector el infante don Luis, hermano de Carlos III. De nuevo en Madrid fue discípulo del pintor francés Charles de La Traverse, del cual tomó  los tonos pastel constantes a lo largo de toda su carrera. En 1775 Carlos III lo desterró por lo que vivió tres años exiliado en Puerto Rico. A su vuelta a España se instaló en Bilbao donde permaneció hasta 1789, cuando regresó a Madrid tras la muerte del monarca. A pesar de que su pintura fue muy estimada por sus coetáneos, en los últimos años de su vida sufrió penalidades económicas. En la actualidad se le reconoce como uno de los tres pintores españoles más destacados del siglo XVIII, junto a los aragoneses Francisco de Goya y Francisco Bayeu.

Esta obra titulada "Judith camino de Betulia" muestra un momento de la historia bíblica de Judith y Holofernes (Libro de Judith 13, 1 y ss.). Tras el asedio de Betulia por el general asirio Holofernes, sus habitantes privados de agua se disponían a capitular. La bella viuda Judith se ofreció a salvar a su pueblo y con el consentimiento de sus jefes se quitó la ropa de luto, vistió sus mejores galas y se dirigió al campamento enemigo, consiguiendo que Holofernes quedara prendado de su belleza y sabiduría y la invitara a un banquete. Cuando se quedaron a solas en su tienda, aprovechando la embriaguez del general, Judith le decapitó. A continuación entregó la cabeza de Holofernes a su criada y ambas emprendieron el regreso a Betulia, donde colgaron la cabeza en lo alto de las murallas, logrando así la huida del ejército enemigo y la salvación de su pueblo.

El artista logra captar perfectamente la intensidad dramática de la escena gracias a la expresividad de ambas mujeres. Además destaca el cuidado tratamiento lumínico que refleja el momento del amanecer y contrasta la figura luminosa y bella de Judith con la silueta oscura  de su anciana criada.

¿SABÍAS QUÉ…?

La iconografía más difundida de este episodio bíblico es la del momento más trágico, la decapitación en sí, pero en este caso Paret muestra a Judith y su sirvienta huyendo al amanecer del campamento enemigo. Este mismo pasaje de la huida fue elegido por Botticelli en una pintura conservada en la Galería de los Uffizi o por Miguel Ángel en una pechina de la Capilla Sixtina. En las obras de Botticelli y Miguel Ángel se aprecia claramente la cabeza de Holofernes sobre una bandeja, mientras que Paret sugiere sutilmente su presencia bajo las vestimentas de la criada.

Vídeo de la pieza del mes aquí.

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