Enero 2020. Colección de Pinturas murales de Urriés
Con motivo del décimo aniversario del Museo Diocesano de Jaca, cada una de las “Piezas del mes” de este 2020 será una de las más icónicas del museo, de esas que ya estaban en la colección aquel 9 de febrero de 2010 cuando el MDJ abrió sus puertas tras 7 años de obras de mejora. Para el mes de enero os proponemos la primera pintura que fue descubierta de todas las que se exponen en el MDJ.
ENERO 2020. COLECCIÓN DE PINTURAS MURALES DE URRIÉS.
1310-1330.
Iglesia de San Esteban de Urriés (Zaragoza).
Esta colección de pinturas fue descubierta durante las obras de restauración de la iglesia de San Esteban de #Urriés al desmontar un retablo moderno del ábside en 1962.
Se tomó la decisión de arrancar estos frescos y llevarlos a Barcelona al año siguiente para proceder a su traspaso a lienzo y a su posterior restauración.
Las pinturas se distribuían por los dos lados del ábside, y en ellas podemos diferenciar escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, separadas unas de otras por bandas con inscripciones aclaratorias sobre el significado de las imágenes representadas. Entre las pinturas de Urriés que se exponen en el museo podemos distinguir diferentes episodios de la Biblia, a Adán y Eva cometiendo el Pecado Original, la Anunciación, la Visitación… y el que es, sin duda, una de las piezas más icónicas, tanto del Museo Diocesano como del pueblo de Urriés, el fresco del Beso de Judás.
Estilísticamente las pinturas murales de Urriés corresponden a la tendencia del gótico lineal, en el que destacan las líneas del dibujo, la ausencia de perspectiva y la persistencia del uso de inscripciones identificativas de las escenas. También se caracteriza por la representación de los sentimientos y por la introducción de mayor expresividad y movimiento, sobre todo si lo comparamos con el arte románico anterior.
Podemos apreciar todas estas características si atendemos a ese lenguaje gestual y expresividad de los personajes, que casi roza la caricatura ya que, en el fragmento del Pecado Original, Eva está sonriendo y ofreciendo la manzana a Adán, mientras que éste aparece con gesto desconfiado, echándose un poco hacia atrás y levantando la mirada hacia el cielo, sabiendo de lo prohibido de su acto y de la sanción que éste les puede acarrear, en un estilo lejano al hieratismo y la rigidez propios del precedente arte románico.
Del fragmento del Prendimiento sin duda destaca el grupo de soldados, que supone una importantísima fuente documental para conocer el armamento y la vestimenta de los soldados medievales, ya que, a pesar de ser soldados romanos, aparecen uniformados como soldados de la época del pintor. Distinguimos a seis hombres ataviados con cota de malla y portando las armas propias de la época, mientras que uno de ellos sujeta una antorcha puesto que la escena acaece por la noche.
¿SABÍAS QUE…?
En la versión original de la Biblia no se precisa que el fruto del árbol prohibido fuera una manzana, ya que esto fue el resultado de una mala traducción hecha en el siglo IV d.C. cuando el Papa Dámaso I ordena la traducción de la Biblia hebrea al latín, dando así lugar a la Vulgata Canónica. El encargado de la traducción confundió algunos términos, pero el más famoso ocurrió con la palabra “malus” que se puede traducir por “manzano” o por “mal”.