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Las catorce obras de misericordia

LAS CATORCE OBRAS DE MISERICORDIA

Año de la Misericordia 8-12-15 a 20-11-16

En la Bula Misericordiae Vultus, publicada el 11 de abril por el papa Francisco, se nos invita a hacer vida las obras de misericordia. Es un modo de llevar a la práctica lo que Jesús nos dice en Mt 25, 31-46.

¿Cuáles son y qué nos dicen las obras de misericordia?

CORPORALES

1. DAR DE COMER AL HAMBRIENTO No solo se trata del pan y del agua en sentido físico, que nunca deben faltar, sino del pan de la Eucaristía y de la Palabra de Dios; y del agua del Espíritu Santo. Debemos llenar los estómagos de todas las criaturas, pero  también la mente y los corazones. Los pobres deben ser los primeros destinatarios del Evangelio. Leer: Mt 6,9-13; Lc 11,1-4

2. DAR DE BEBER AL SEDIENTO Esta y la anterior son complementarias. Hemos recibido mucho tanto en lo espiritual como en lo material. Podemos dar de lo que nos sobra. Esto está bien. Pero podemos dar de lo que no nos sobra y hacer realidad lo que significa compartir. Por supuesto, el Señor ve lo último con mejores ojos. Leer: Jn 4,7; 19,28

3.- DAR POSADA AL NECESITADO No resulta fácil en nuestros días. Prejuicios, falsos cuidados y sospechas hacen que tengamos miedo a que nos quiten lo que tenemos, a que nos engañen… Practicar la “hospitalidad” es un signo de fraternidad. Es más, es un asunto de vida o muerte, por lo que es complicado y arriesgado, aunque elemental para todo ser humano. Leer: Hch 7,6; Dt 10,18

4.- VESTIR AL DESNUDO Esta obra de misericordia se nos facilita con la recogida de ropa que se hacen en parroquias y otros lugares. Debemos recordar que la ropa y los zapatos de quienes andan descalzos y desnudos están en muchos de nuestros armarios. Esta obra de misericordia está denunciando nuestros hábitos injustos y consumistas ante la pobreza severa que nos rodea. Leer: Tob 4,16; Eclo 43,18

5.- VISITAR Y CUIDAR AL ENFERMO No se trata de visitas sociales, por cumplir. Se trata de una verdadera atención a enfermos y ancianos, tanto en el cuido físico, como en compañía. La atención más importante en casos de vejez y enfermedades graves es la atención espiritual. Quien trabaja al estilo del Buen Samaritano (Lc 10,30-37) está atendiendo el mismo cuerpo de Cristo llagado y herido. Leer: Eclo 7,35; Hch 28,8s

6.-VISITAR Y REDIMIR PRESOS No se pretende ir contra las leyes justas, cuando hay una condena justa. Se trata de no abandonar a los presidiarios y a sus familiares y trabajar por la reinserción de presos. Implica visitar a los presos y darles ayuda material y muy especialmente, asistencia  humana y espiritual. Es necesario un voluntariado que sepa atender integralmente al encarcelado. Leer: Mt 25,36; Lc 21,12

7.- ENTERRAR A LOS MUERTOS En nuestra tierra disponemos de funerarias. Pero hay que hacer un acompañamiento digno y cristiano en los momentos del duelo. Debemos saber “estar” junto al que sufre en estos momentos de profundo dolor para dar esperanza. Saber hablar y guardar silencio, junto con la oración son el mejor medio para acompañar en el dolor. Leer: Tob 1,17; 12,12s; Jn 5,25-28

ESPIRITUALES

1.- ENSEÑAR AL QUE NO SABE No se pretende ir de maestros por la vida, ni creernos que sabemos más que los demás. Se trata de anunciar y comunicar, especialmente en lo referente a la vida y la felicidad, a quienes lo necesitan. Siempre lo debemos hacer con humildad, prudencia y generosidad. Pero también debemos dejarnos enseñar, ya que  entre todos podemos ver y discernir mucho mejor que solos. Todos necesitamos aprender. Leer: Hch 8,30-31; Mt 23,10

2.- DAR BUEN CONSEJO AL QUE LO NECESITA La responsabilidad de quienes tienen el don del consejo, es que lo hagan con respeto, cariño y naturalidad, pero sin caer en el riesgo del “paternalismo” y sin ser cargantes. Los primeros llamados a dar consejo son los padres, puesto que siempre buscan lo bueno para sus hijos. Leer: Dan 12,3; Eclo 37,13-15

3.- CORREGIR AL QUE YERRA Las corrección fraternal es un objetivo que todos debemos hacer en la vida. ¡Qué difícil resulta! Tanto en el método como en el contenido. Conscientes de que no es fácil, debemos hacerlo con humildad, caridad y hasta con cierto humor. Todos tenemos puntos ciegos que deben ser iluminados, pero no seamos hipócritas para sacar la paja del ojo ajeno y no ver la vida en el nuestro. Leer: Mt 18,15-17; Sant 5,19ss

4.- PERDONAR LAS INJURIAS Con frecuencia decimos: “Perdono, pero no olvido”. Nuestra naturaleza está inclinada al resentimiento y la venganza. Esto es el corazón de la misericordia en nuestro trato con los demás. Perdonar, no hacer daño al enemigo e incluso rezar por él, es el programa del cristiano. La sagrada escritura está llena de mensajes de perdón: “Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso”. “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Leer: Mt 6,12; Lc 11,4

5.- CONSOLAR AL QUE ESTÁ TRISTE Todos estamos llamados a escuchar y consolar a nuestros  semejantes. El consuelo para el triste o deprimido se asemeja al cuidado de un enfermo. Es muy necesario, pues las palabras de consuelo en la aflicción pueden ser determinantes. Es consuelo la atención, la conversación con los ancianos que tanto nos han dado y que en su vejez requieren que alguien les oiga, les converse, les distraiga. Estamos invitados a aprender a “perder el tiempo” con los demás y para los demás. Leer: Is 40,1; Mt 5,5

6.- SUFRIR CON PACIENCIA LOS DEFECTOS DE LOS DEMÁS La tolerancia y la paciencia ante los defectos ajenos es gran virtud. La paciencia es una virtud que cuanto más se practica, más se tiene. La muestra más clara de que vivimos en humildad y caridad, es cuando soportamos con paciencia las molestias de la vida, lo cual no está reñido con decir la “verdad” y corregir con educación y con suavidad. Leer: Mt 5,45; Gál 5,22

7.- ROGAR A DIOS POR  LOS VIVOS Y DIFUNTOS Para los cristianos no hay muertos sólo vivos: los que peregrinamos en este mundo y los que ya están en el hogar trinitario, que es el cielo. La oración por los demás, estén vivos y muertos, es una obra buena, es uno de los mayores actos de caridad que podemos hacer en nuestra vida. Leer: 1 Jn 5,14; 2 Mac 12,41-45

Las obras de misericordia son el testimonio concreto del amor preferencial por los pobres. ¿Te apuntas a este estilo de vida?

Fernando Jordán Pemán

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