Tu luz es tu esperanza- ( 9-12-2012)
TU LUZ ES SU ESPERANZA
Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
Con dos euros podemos adquirir un pequeño signo de luz que ilumina a muchas personas que viven lejos. Se trata de la conocida iniciativa de Manos Unidas: la vela solidaria. Una campaña suficientemente difundida y valorada que, en esta ocasión, sirve para financiar el proyecto denominado “Campañas Sanitarias en Chabolas”, por un importe de 9.000 euros, y del que beneficiarán 5.500 personas, en diez barrios de Chandrapur, en la diócesis de Chanda, en India.
La vela solidaria se enciende en Nochebuena, se coloca en la ventana y contribuye a crear una cadena de luz.
La vela solidaria se adquiere en el Mercado Solidario de Jaca, en las parroquias y en diversas asociaciones y establecimientos que colaboran en el proyecto.
Vivimos en una especie de noche de la historia. A nuestro alrededor, y tal vez incluso en nuestro interior, hay muchas sombras y oscuridades. El ambiente está entenebrecido, oscurecido. Una noche espesa, larga y fría nos envuelve.
Y, de repente, vemos una luz diminuta, vacilante, titubeante. Y otra más, un poco más lejos. Y otras muchas. No son luces solitarias, porque entonan conjunta y armoniosamente una suave sinfonía de amor, de generosidad.
Son muchas pequeñas luces que nos indican el camino, que nos orientan en nuestro recorrido, que nos acompañan para que sintamos que no estamos solos.
Lo que era simplemente un ligero destello de luz, se convierte en una sinfonía de color y de vida. Y esta luz alcanza a muchas personas que viven en lugares muy lejanos, personas cuyos nombres no conocemos. Pero intuimos su dolor, su desvalimiento, su inseguridad vital.
Encendemos una luz aquí y su resplandor llega a miles de kilómetros de distancia, hasta la India, donde muchas personas experimentan el hambre, la deficiente nutrición, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción.
En este Año de la Fe deseamos compartir nuestra luz. Es más, queremos convertirnos en luz para los demás. Nuestro corazón incandescente es capaz de comunicar luz. Una luz que traspasa fronteras, que rompe barreras, que siembra respeto, que reconoce la dignidad de los más desfavorecidos. Una luz generosa y solidaria.
Una luz que inspira confianza a quienes viven en la inseguridad y el temor. Una luz que lleva un profundo deseo de paz a quienes viven envueltos en el drama de la guerra y la violencia. Una luz que ilumina el dolor con un destello de serenidad. Una luz que no esclarece todo el escenario de la historia, pero que permite a cada persona dar un paso hacia adelante en su camino.
La fuerza y la potencia de una pequeña vela son más fuertes de lo que podemos imaginar. Estamos en el momento decisivo para tomar una decisión. Podemos dejar que la oscuridad siga inundándolo todo o podemos decidirnos a abandonar la dirección de las tinieblas y caminar hacia la luz, siendo portadores y testigos de la luz.
Que no se apague la luz.
Tu luz es su esperanza.
Recibid mi cordial saludo y mi bendición.
+ Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca.