Oración y ayuno por la paz. (15-9-2013)

ORACIÓN Y AYUNO POR LA PAZ 

Queridos hermanos en el Señor:  Os deseo gracia y paz.

          El Santo Padre Francisco convocó para el día 7 de septiembre una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero. En el Ángelus del día 1 pronunció una vibrante exhortación: “quisiera hacerme intérprete del grito que, con creciente angustia, se levanta en todas las partes de la tierra, en todos los pueblos, en cada corazón, en la única gran familia que es la humanidad: ¡el grito de la paz! Es el grito que dice con fuerza: Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz, queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y conflictos, estalle la paz; ¡nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso, que tiene que ser promovido y tutelado”.      

          Y, refiriéndose a Siria, añadió: “Hago un fuerte llamamiento a la paz, un llamamiento que nace de lo más profundo de mí mismo. ¡Cuánto sufrimiento, cuánta destrucción, cuánto dolor ha ocasionado y ocasiona el uso de las armas en este atormentado país, especialmente entre la población civil inerme! Pensemos: cuántos niños no podrán ver la luz del futuro. Condeno con especial firmeza el uso de las armas químicas”.      

           Uno de los motivos que indujeron al Papa a elegir el nombre de Francisco fue el de la paz. A los representantes de los medios de comunicación les explicó el día 16 de marzo: “Después pensé en las guerras, mientras proseguía el escrutinio hasta terminar los votos. Y Francisco es el hombre de la paz. Y así, el nombre entró en mi corazón: Francisco de Asís”.       

           El 22 de marzo, a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede también les habló de la necesidad de “edificar la paz”.   En la Audiencia general del 4 de septiembre repetía la llamada a la jornada de ayuno y oración, a la vez que invitaba a participar a los hermanos cristianos, a los hermanos de otras religiones y a los hombres y mujeres de buena voluntad. Subrayó: “También por la paz en nuestro corazones, ¡porque la paz comienza en el corazón!”. Y formuló su ferviente deseo: “¡Que se eleve fuerte en toda la Tierra el grito de la paz!”.      

           El Papa Benedicto XVI escribió en su “Mensaje para la Jornada Mundial por la Paz” de este año: “El deseo de paz es una aspiración esencial de cada hombre, y coincide en cierto modo con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda. En otras palabras, el deseo de paz se corresponde con un principio moral fundamental, a saber, con el derecho y el deber a un desarrollo integral, social, comunitario, que forma parte del diseño de Dios sobre el hombre. El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios”.       En su Mensaje, Benedicto XVI subrayaba que los que trabajan por la paz son quienes aman, defienden y promueven la vida en su integridad.      

           El beato Juan Pablo II afirmaba en 2005: “La paz es un bien que se promueve con el bien: es un bien para las personas, las familias, las naciones de la tierra y para toda la humanidad; pero es un bien que se ha de custodiar y fomentar mediante iniciativas y obras buenas. Se comprende así la gran verdad de otra máxima de Pablo: "Sin devolver a nadie mal por mal" (Rm 12,17). El único modo para salir del círculo vicioso del mal por el mal es seguir la exhortación del Apóstol: "No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien" (Rm 12,21)”.

      Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca

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