Carta a los jóvenes de confirmación (29-9-2018)
CARTA A LOS JÓVENES DE CONFIRMACIÓN
Queridos jóvenes:
Os deseo gracia y paz.
Con la ayuda y el consejo de vuestros padres y abuelos; o siguiendo los pasos de vuestros compañeros de clase o de grupo; o, sencillamente, por vuestra propia voluntad, os habéis apuntado a catequesis de Confirmación. Algunos de vosotros me decís que habéis tenido muy en cuenta la ilusión y el ánimo de vuestras abuelas. Espero que sepáis valorar y agradecer sus sugerencias, porque ellas desean siempre lo mejor para sus nietos.
A lo largo de los próximos meses tendréis oportunidad de conocer más de cerca a Jesucristo. Vais a escuchar con mayor intensidad sus palabras. Vais a reflexionar sobre sus obras: sus milagros, su modo de tratar a las personas, el valor que concede a la oración y al silencio. Veréis cómo se retira con frecuencia a orar a solas con el Padre. Pero no por ello rehúye el contacto con la gente. Sabe escuchar a cada uno con atención, dedicándole tiempo, con actitud de acogida y comprensión. Sabe decir la palabra oportuna para cada ocasión: una palabra de aliento, de esperanza, de misericordia. Sabe mirar a los ojos y descubre lo que hay en el interior de cada corazón.
Jesucristo desea convertirse en vuestro mejor amigo. Nunca os abandonará. Siempre estará junto a vosotros para acompañaros en vuestro camino. Jesucristo es joven, eternamente joven. Él ha tenido vuestra misma edad y sabe lo importante que es comenzar a tomar decisiones. Porque hay decisiones que ahora os preocupan: seguir o no estudiando; qué tipo de estudios realizar en el futuro; cómo consolidar una relación de amistad; cómo hacer compatibles las obligaciones académicas con el deporte, la música y la diversión; cómo respetar a las personas mayores sin dejarse llevar por gritos y portazos; cómo saber convivir con los demás; en qué actividades merece la pena colaborar, etc. Y Jesucristo os puede dar luz para dar el siguiente paso y todos los demás. La vida es como una serie ininterrumpida de pasos. Como una secuencia de puntos que forman una línea, una trayectoria. Y hay avances, pausas y retrocesos. Pero Jesucristo siempre está a vuestro lado.
Y a vuestro lado también están muchas personas que comparten la misma fe. Hombres y mujeres que forman parte de una gran familia, una familia ampliada: la Iglesia. Si entráis en contacto con cristianos de otros países, veréis que, tanto los jóvenes como los mayores, se reúnen cada domingo para escuchar la Palabra de Dios, para alimentarse con la Eucaristía, para renovarse en el sacramento de la Penitencia, para rezar por los más necesitados, para atender a las personas más vulnerables y para no olvidar nunca a los pobres y marginados.
Compartís muchas cosas con los jóvenes de vuestro grupo. Tenéis una edad semejante. Tenéis gustos parecidos. Escucháis las mismas canciones. Veis las mismas series. Conocéis el funcionamiento de las redes sociales, sus posibilidades y sus riesgos. Es muy ilusionante crecer juntos, asistir juntos a la catequesis y divertiros juntos.
Vuestros catequistas os ofrecen su tiempo, su paciencia, su generosidad, su experiencia, y os hablarán de su propia vida, de lo que supone para cada uno de ellos ser discípulos de Jesucristo, oyentes de su Palabra, seguidores de su camino, testigos de su presencia y enamorados de su persona. Porque aman a Jesucristo y es que se sienten amados por Él.
Ya está más cerca el día de vuestra Confirmación. Y sé que lo celebraréis con alegría. Pero quiero recordaros que la Confirmación no termina el día de la celebración. No os estáis preparando solamente para un evento, sino que estáis realizando un proceso que no termina. Porque cada día nos vamos haciendo mejores cristianos. Tenéis mucho camino que realizar. Hay muchos proyectos e iniciativas que os esperan. No os desenganchéis.
Recibid un cordial saludo.
+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca