Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado (24-9-2023)

JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y DEL REFUGIADO

     Queridos hermanos en el Señor:
     Os deseo gracia y paz.

      La 109ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado nos presenta el lema: “Libres de elegir si migrar o quedarse”.
      La pobreza, el miedo y la desesperación producidos por las guerras, la miseria, el hambre, la escasez de cosechas, los desastres naturales, la falta de seguridad, la precariedad laboral y la incertidumbre jurídica, económica y social producen fenómenos migratorios cada vez más frecuentes.
      Leemos en el Mensaje de los obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española: “si las personas han de ser libres para elegir si migrar o quedarse en su tierra, es necesario garantizar condiciones de bienestar en las zonas de origen de los flujos migratorios”.
      Y también: “el Departamento de Migraciones trabaja en un proyecto internacional junto a las diócesis concernidas por la ruta atlántica en África y Europa para promover una Guía de hospitalidad internacional y campañas de información en los países de origen o de tránsito”.
      A las diócesis se les ha propuesto la creación de “los Corredores de Hospitalidad para promover la espiritualidad y la cultura de la hospitalidad, el patrocinio comunitario y la solidaridad interdiocesana”.
      El Papa Francisco afirma en su Mensaje para esta Jornada: “mientras trabajamos para que toda migración sea fruto de una decisión libre, estamos llamados a tener el máximo respeto por la dignidad de cada migrante; y esto significa acompañar y gobernar los flujos del mejor modo posible, construyendo puentes y no muros, ampliando los canales para una migración segura y regular”.
     También nos dice: “debido a que los recursos mundiales no son ilimitados, el desarrollo de los países económicamente más pobres depende de la capacidad de compartir que se logra generar entre todas las naciones. Hasta que este derecho no esté garantizado -y se trata de un largo camino- todavía serán muchos los que deban partir para buscar una vida mejor”.
      Ya en 2015 escribió el Papa: “En una época de tan vastas migraciones, un gran número de personas deja sus lugares de origen y emprende el arriesgado viaje de la esperanza, con el equipaje lleno de deseos y de temores, a la búsqueda de condiciones de vida más humanas”.
      Y continuaba: “No es extraño, sin embargo, que estos movimientos migratorios susciten desconfianza y rechazo, también en las comunidades eclesiales, antes incluso de conocer las circunstancias de persecución o de miseria de las personas afectadas. Esos recelos y prejuicios se oponen al mandamiento bíblico de acoger con respeto y solidaridad al extranjero necesitado”.

     Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca