La indulgencia plenaria en el Jubileo 2925 (26-1-2025)

LA INDULGENCIA PLENARIA

EN EL JUBILEO 2025

 

+ Vicente Jiménez Zamora

Administrador Apostólico de Huesca y de Jaca

 

            El Papa Francisco ha convocado a toda la Iglesia a celebrar el Jubileo Ordinario del año 2025 con la Bula Spes non confundit, “la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5, 5). El lema de este Año Jubilar es: Peregrinos de esperanza.

            Un signo característico y distintivo del Jubileo es la Indulgencia Plenaria, que los fieles verdaderamente arrepentidos, excluyendo todo afecto de pecado pueden ganar. Es aplicable también a las almas del Purgatorio, en forma de sufragio, cumpliendo las tres condiciones: Confesión sacramental, Comunión Eucarística y Oración por las intenciones del Santo Padre, conforme disponía en el Decreto sobre la concesión de la Indulgencia Plenaria, publicado el 4 de noviembre de 2024.

Los lugares Jubilares son en Huesca (La Catedral y la Parroquias Basílica de San Lorenzo); en Jaca (la Catedral).

También pueden ganar la Indulgencia Plenaria las monjas de clausura, los presos, los enfermos, los ancianos y las personas que por causas graves no pueden salir de casa: si tienen verdadero arrepentimiento de los pecados; si cumplen las tres condiciones acostumbradas lo antes posible; si se unen espiritualmente a las celebraciones jubilares, ofreciendo al Señor sus sufrimientos y oraciones.

Se exhorta a los sacerdotes, dotados de facultades para oír confesiones, que se ofrezcan con ánimo diligente y generoso para la celebración del sacramento de la Penitencia.

            La indulgencia, que es “la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1471), tiene su fundamento en el dogma de la comunión de los santos. Esta verdad de fe significa que entre todos los fieles - los que ya están en el cielo, los que se purifican de sus culpas en el purgatorio y los que todavía peregrinan en la tierra – existe un vínculo de amor tal y una unidad tan estrecha que los bienes espirituales de unos benefician a todos los demás, a modo de vasos comunicantes. La imagen de la Iglesia como “Cuerpo de Cristo”, ya utilizada en las cartas de San Pablo, ilustra bien este misterio de comunión: así como el bien de un miembro del cuerpo repercute en el bien de todo el pueblo, así también en la Iglesia.

            La raíz y fuente de esos bienes espirituales, que aprovechan a todos los fieles son los méritos de Cristo, de valor infinito e inagotable, para satisfacer por los pecados de los hombres. Como mérito de los frutos de Cristo, se unen también a ese “tesoro” de bienes espirituales las oraciones y méritos de la Virgen María y de todos los Santos, que se santificaron por la gracia de Cristo y, trabajando en su propia salvación, cooperaron igualmente a la salvación de sus hermanos, miembros del mismo Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.

 

We use cookies
Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas este portal web que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.