Sesenta horas de adoración eucarística (19-6-2011).

SESENTA HORAS DE ADORACIÓN EUCARÍSTICA

 Queridos hermanos en el Señor:
 Os deseo gracia y paz.

 El 29 de junio, el Papa Benedicto XVI celebra el 60 aniversario de su Ordenación sacerdotal. La Congregación para el Clero ha pensado, “en espíritu de sobrenatural sobriedad”, realizar algo apropiado a favor del Santo Padre. Se trata de ofrecer en cada circunscripción eclesiástica, con especial participación de los sacerdotes, sesenta horas de Adoración Eucarística, continuas o discontinuas, por “la santificación del Clero y para obtener el don de nuevas y santas vocaciones”.
      En la Exhortación apostólica “Sacramentum caritatis”, Benedicto XVI presenta la Eucaristía como “misterio que se ha de creer”, “misterio que se ha de celebrar”, “misterio que se ha de vivir”. Reproduzco cuatro textos de este documento que nos ayudan a situar el contenido de esta iniciativa de oración por la santificación de los sacerdotes y por las vocaciones:
      1º) “La espiritualidad sacerdotal es intrínsecamente eucarística. La semilla de esta espiritualidad  ya se encuentra en las palabras que el Obispo pronuncia en la liturgia de la Ordenación: "Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor"”. (Sacramentum caritatis, 80).
      2º) Al mencionar la relación intrínseca entre celebración y adoración, recuerda las palabras de San Agustín: “Nadie come de esta carne sin antes adorarla”. Por ello, dice: “en la Eucaristía el Hijo de Dios viene a nuestro encuentro y desea unirse a nosotros; la adoración eucarística no es sino la continuación obvia de la celebración eucarística, la cual es en sí misma el acto más grande de adoración de la Iglesia. Recibir la Eucaristía significa adorar al que recibimos. (…) La adoración fuera de la santa Misa prolonga e intensifica lo acontecido en la misma celebración litúrgica. En efecto, "sólo en la adoración puede madurar una acogida profunda y verdadera. Y precisamente en este acto personal de encuentro con el Señor madura luego también la misión social contenida en la Eucaristía y que quiere romper las barreras no sólo entre el Señor y nosotros, sino también y sobre todo las barreras que nos separan a los unos de los otros"” (Sacramentum caritatis, 66).
      3º) Sobre la práctica de la adoración eucarística, afirma: “recomiendo ardientemente a los Pastores de la Iglesia y al Pueblo de Dios la práctica de la adoración eucarística, tanto personal como comunitaria. A este respecto, será de gran ayuda una catequesis adecuada en la que se explique a los fieles la importancia de este acto de culto que permite vivir más profundamente y con mayor fruto la celebración litúrgica” (Sacramentum caritatis, 67).
      4º) Al hablar de las formas de devoción eucarística, dice: “además de invitar a los fieles a encontrar personalmente tiempo para estar en oración ante el Sacramento del altar, pido a las parroquias y a otros grupos eclesiales que promuevan momentos de adoración comunitaria” (Sacramentum caritatis, 68).
      Confío en que sepamos vivir con gratitud y aprovechamiento esta iniciativa de Adoración Eucarística.
      Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+ Julián Ruiz Martorell, obispo de Huesca y de Jaca.

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