"Para que tengan vida" -Jn 10, 10- (25-3-2012)
“PARA QUE TENGAN VIDA” (Jn 10,10)
El Plan Diocesano de Pastoral 2012-2015 pretende ser un proyecto global que integre, de manera articulada, coherente y coordinada, los diferentes procesos de la vida y de la misión de nuestra Diócesis. En cuanto principio organizador, dará coherencia a nuestra actividad pastoral, articulará prioridades, objetivos y líneas de acción y será un instrumento al servicio de la comunión. Se trata, por tanto, de alcanzar, entre todos, una respuesta específica, consciente y corresponsable a las necesidades de la evangelización, y se desarrollará en una dinámica de participación.
Estamos llamados a participar para dotarnos de un marco de referencia, con el deseo de que ayude a ejercer la misión de la Iglesia, con cuatro claves:
1) No es algo aislado, sino expresión de toda la vida eclesial diocesana. No se separa del contexto y del proceso en que surge, puesto que se sitúa en línea con toda la programación pastoral realizada en los años precedentes
2) Al servicio de la vida: el proyecto está al servicio de la vida de las personas, animándola, potenciándola en toda su amplitud tanto personal como comunitaria, estimulando la iniciativa y creatividad, bajo la acción del Espíritu Santo.
3) Con espíritu comunitario: somos hijos de Dios en Cristo Jesús por obra del Espíritu Santo, y de esta realidad se deriva un estilo de vida comunitario, que es signo de la comunidad cristiana y condición esencial para que la Iglesia pueda cumplir su misión evangelizadora.
4) Expresión de comunión y responsabilidad: el proyecto se ha de realizar con sentido de Iglesia, con responsabilidad compartida, con caridad fraterna y poniendo la confianza en la acción del Espíritu Santo.
La planificación pastoral intenta crear condiciones favorables para expresar y vivir la comunión. Se pretende que los objetivos trazados sean comunes, perseguidos simultáneamente por todos, de modo que se haga más eficiente la vida y la misión de las parroquias, comunidades religiosas, sociedades de vida apostólica, institutos seculares, movimientos, asociaciones, cofradías y hermandades, delegaciones y arciprestazgos. A través del Plan se suscitarán propuestas y métodos, y también se creará una atmósfera de oración, reflexión y colaboración que ha de envolver a todos los agentes de pastoral.
El Plan Diocesano de Pastoral pretende estimular, ayudar y proponer, y ser instrumento y cauce de corresponsabilidad. Planificar es simplificar los procesos de trabajo, no complicarlos. La planificación de la actividad pastoral es, esencialmente, una respuesta a la comunión eclesial, a la unidad de la fe.
El beato Juan Pablo II escribió en la Exhortación Apostólica “Pastores gregis”: “La comunión eclesial vivida llevará al Obispo a un estilo pastoral cada vez más abierto a la colaboración de todos. Hay una cierta interrelación entre lo que el Obispo debe decidir bajo su responsabilidad personal para el bien de la Iglesia confiada a sus cuidados y la aportación que los fieles pueden ofrecerle a través de los órganos consultivos” (nº 44).
Y un poco más adelante: “La Iglesia es una comunión orgánica que se realiza coordinando los diversos carismas, ministerios y servicios para la consecución del bien común, que es la salvación. El Obispo es responsable de lograr esta unidad en la diversidad, favoreciendo (…) la sinergia de los diferentes agentes, de tal modo que sea posible recorrer juntos el camino común de fe y misión” (ibid.).
Para “recorrer juntos el camino común de fe y misión” necesitamos tu colaboración y solicitamos tu participación. Muchas gracias por tu interés, tu disponibilidad y tu aportación.
Recibe mi cordial saludo y mi bendición.
+ Julián Ruiz Martorell, obispo de Jaca y de Huesca.