Comentario evangélico. Domingo 8 Ordinario, ciclo A.
Domingo VIII del Tiempo ordinario, ciclo A. 2 de marzo de 2014. Mateo 6,24-34
NO AGOBIARSE, HAY ALTERNATIVA
Hoy es fácil escuchar la consabida frase: “estoy agobiado”. Sí, el tiempo se nos queda corto, las diversas tareas, no llegamos a todo lo que nos gustaría… Y claro nosotros pensamos que éste es un mal del siglo XXI, de la sociedad tecnológica… pero he aquí que llegamos al evangelio de este domingo y Jesús nos desvela que no, que este mal del corazón ya es antiguo. ¡Vaya, no somos tan modernos como creíamos! Veamos, contemplemos este precioso evangelio que tanto nos puede ayudar.
Todo él es un discurso de Jesús. Leído con reposo percibimos pronto que hay un verbo (y su respectivo sustantivo) que se repite más que ninguno: “agobiarse”. El verbo griego es el verbo merimnao, que los diccionarios bíblicos traducen por: “preocuparse, afanarse”. En cualquier diccionario de sinónimos vemos que agobiarse y preocuparse son equivalentes. Lo interesante del caso es que el evangelista utiliza este verbo solamente 6 veces y todas ellas en el evangelio de hoy (6,25.27.28.31.342). Investigando el uso de este verbo en el resto del Nuevo Testamento descubrimos que Jesús nos está alertando contra los agobios que nos producen las cosas materiales de la vida.
Así lo comprobamos desde la primera línea: “No podéis servir a Dios y al dinero”. Si el afán de dinero es capaz de romper hasta familias, también es capaz de dejar estéril nuestro corazón y, en consecuencia, de alejarnos de Dios. Sí, el dinero es necesario para las cosas materiales de la vida, pero no podemos servir al dinero. El servicio, es decir, la ofrenda total, libre y por amor de nuestra vida solo se la podemos tributar a Dios.
Pero aquí no acaban los consejos de Jesús. Hay otras necesidades materiales que nos pueden conducir al agobio. La preocupación por qué vestiremos, qué comeremos… Jesús utiliza unas imágenes preciosas para que no olvidemos que Dios es providente. Que se ocupa y preocupa de nosotros. Claro, hay que tener también sentido de la medida: el no agobiarse no quiere decir sin más despreocuparse o caer en la desidia. El no agobiarse por las cosas materiales no quiere decir que tengamos que ser unos irresponsables en nuestro trabajo o no sustentar debidamente a nuestra familia. Significa darle a cada cosa la importancia que tiene. Y para Jesús por encima de las necesidades materiales está la búsqueda del Reino de Dios y de su justicia. Y aquí sí está la verdadera clave de este evangelio. Jesús es propositivo, nos dice que no nos agobiemos pero nos propone una alternativa: buscar a Dios en nuestras vidas. Y es verdad, cuando uno ha encontrado en su corazón a Dios las preocupaciones materiales no desaparecen, pero pasan a un segundo lugar.
Es cierto, ninguno añadiremos una hora, ni un minuto más a nuestra vida. ¡Pero Señor, qué regalo tan inmenso nos has dado con esta vida! ¡Mil gracias por recordarnos que Tú, antes que nada, eres la razón última por la que todo tiene sentido!
+Rubén Ruiz Silleras
Rubén Ruiz Silleras.