Comentario evangélico. Domingo 15º Ordinario, ciclo B.
Solo lo esencial
Los Doce “en prácticas”
Le han escuchado, le han acompañado, le han observado, han estado con él, lo han dejado todo por él, han participado de sus predicaciones, de sus curaciones. Han comido y bebido con él. Han aprendido a orar con Jesús. Han aprendido a conocer mejor a Dios con Jesús. Llevan un largo tiempo en la escuela de Jesús. Ellos son los Doce, los colaboradores más cercanos que el Señor eligió para que “estuvieran con él y para enviarlos a predicar, con poder de expulsar demonios” (Mc 3, 14-15). Hoy diríamos de forma cariñosa que Jesús manda a los suyos “en período de prácticas”. Ahora ha llegado el momento de salir a la misión, ellos solos, sin Jesús. Este envío no es el definitivo, pero tampoco es un simulacro. Es un envío real. Y nos vamos a fijar en el equipaje que es necesario para ir a esta misión.
Requisitos para las “prácticas” de Jesús
Primer elemento: “llamó Jesús”. Es Jesús quien llama. Por tanto ningún llamado puede ser más importante que el que llama. Humildad. La misión no es de los apóstoles, ni nuestra, es sólo de Jesús, nosotros solo somos sus colaboradores. Y somos unos afortunados, porque es el propio Jesús quien nos ha querido asociar a su misión. En segundo lugar: “los fue enviando de dos en dos”. Los apóstoles, en pareja, se sienten apoyados y más fuertes. Saben que no están solos, no evangelizan a título particular ni individual. Son parte de un proyecto más amplio, que es la Iglesia de Jesús. Y por último, el contenido de lo que deben llevar consigo: un bastón y unas sandalias y nada más. Ni siquiera una túnica de repuesto. Eso sí, podrán aceptar sin problema la hospitalidad de la gente. Ahora, han de aprender una lección imprescindible: más importante que cualquier seguridad material (dinero, vestidos..) es la confianza absoluta en quién les ha mandado a la misión, lo esencial es Jesús, solo él. Las últimas palabras de Jesús son también importantes. No todos van a aceptar el anuncio del Evangelio, esto entra dentro de la libertad de cada persona. Pero en este caso, los apóstoles no deben perder tiempo, hay que seguir adelante, ir a buscar otras personas, otros pueblos que estén dispuestos a acoger la Palabra.
El “éxito” depende de seguir las indicaciones del Maestro
El evangelio concluye indicándonos cómo los apóstoles observaron todas las indicaciones de Jesús. Por eso y sólo por eso, no por sus propias fuerzas, fueron capaces de realizar curaciones, expulsar demonios y predicar la conversión. Como Jesús les había enseñado que tenían que hacer. Nos toca empezarlas “prácticas”.
Rubén Ruiz Silleras