Comentario al evangelio. Sagrada Familia, ciclo B
Se trata de una familia oriental donde conviven los esposos, los hijos y los abuelos. Y todos caben en casa, con sus problemas y dificultades.
1.- Los esposos (2ª Lectura. Col. 3,12,21).
Al matrimonio hay que ir equipados. Lo mismo que uno que va a esquiar o a escalar una montaña… En nuestro caso, ¿Qué traje deben ponerse? “La misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura”. La misericordia es una palabra compuesta que significa: poner el corazón sobre nuestra miseria. Todos somos limitados, somos pecadores. Y a veces, aún con la mejor intención, nos hacemos daño. La única solución es pedirnos perdón de todo corazón. Sin capacidad de perdón, nuestra convivencia siempre estará amenazada. El sol que sale con fuerza no tiene miedo a la escarcha de las frías mañanas de invierno. La humildad, dice Santa Teresa, es la verdad. La verdad de saber que en el matrimonio nadie es más que nadie ni menos que nadie. Los dos son hijos de Dios a quienes ama de la misma manera. La dulzura es el amor de excelencia, amor cariñoso, el amor de detalles. Es lo mismo que el aceite para los coches. Si falta, se enciende una lucecita roja que manda pararte. De lo contrario, te cargas el motor. Con la dulzura se suavizan las relaciones, se eliminan las tensiones y hace que la convivencia vaya sobre ruedas.
2.- Los abuelos (1ª Lectura. Eclo. 3,2-6.12-14).
En la primera lectura se nos habla de abuelos y se nos dice cosas tan bellas como éstas: “el que respeta a sus padres ancianos acumula tesoros; cuando rece será escuchado. Hijo mío, no los abandones cuando sean mayores, aunque ya digan bobadas, ten indulgencia, no los abochornes”. Acumula tesoros. Los hijos no obedecen, los hijos imitan. Lo que tú hagas con los abuelos harán tus hijos contigo. “Cuando reces serás escuchado”. A veces decimos que Dios no nos escucha. ¿No será porque no tratamos bien a los mayores? “¡Hijo mío!, no los abandones” Da la impresión de que el mismo Dios se pone de rodillas para suplicarnos que no abandonemos a los abuelos. “Ten indulgencia aunque digan bobadas”. Ya sabemos que repiten las cosas y que son raros. Es lo normal. Lo mismo que los niños hacen gracias, los mayores tienen rarezas… ¿Has pensado en lo que serás tú cuando tengas sus años? ¡No los abochornes! Un hijo nunca debe avergonzarse de sus padres. Tal vez no hayan tenido medios para adquirir cultura porque necesitaron trabajar para que tú pudieras estudiar. Un hijo siempre se siente orgulloso de sus padres.
3.- La Sagrada Familia. Una familia con problemas.
A los pocos días del nacimiento del niño, “el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al Niño y a su madre, y huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Qué duro, o como se dice ahora, qué fuerteel que quieran matar al Niño apenas ha pisado este mundo. Si este Niño sólo viene a salvar, hacer el bien…María y José, sin protestar, sin pedir explicaciones, abandonan su país, su pueblo, su casa, su familia…y marchan a Egipto, un país tan distinto y tan desconocido. Y allí, sin conocer a nadie, tienen que buscar un trabajo, una vivienda. Ellos eran pobres y es posible que los primeros días estuvieran sin trabajo, viviendo de limosnas, pasando por la humillación de tener que pedir… Sólo el amor de José y María les hizo superar la crisis. Esta situación de la Sagrada Familia se repite a lo largo de tantos siglos. Hoy día la están viviendo muchas parejas que tienen que abandonarlo todo por buscar trabajo y un medio de vida. Cualquier emigrante puede acudir a esta Sagrada Familia. Ella sabe por propia experiencia lo duro que es vivir en un país extranjero… ¡Lo han experimentado! Ella está preparada para socorrer este tipo de situaciones, no desde fuera, dando una limosna, sino desde dentro, metiéndose en el pellejo de la gente.
Iglesia en Aragón