Comentario al evangelio. Domingo 2º Cuaresma, ciclo B
Este relato de la Transfiguración no se puede entender si se desconoce su sentido simbólico.
«A los seis días» El sexto día del Génesis, tiene lugar la creación del hombre. También Moisés sube al monte Sinaí y está seis días cubierto por la nube, y al séptimo le habla Dios
“El monte alto” sin nombre, es una clara referencia al Sinaí lugar de la más grande teofanía.
“La nube”. La nube trae agua, trae sombra, trae vida. Sobre todo en el tiempo del desierto está siempre presente como signo de que Dios les acompaña.
Los vestidos blancos son signo de la divinidad.
Moisés y Elías condensan todo el A.T. Moisés (La ley) Elías (los profetas).
1.– Llevó a Pedro a Santiago y Juan. ¿Por qué a estos tres? ¿Para darles un premio? ¡No! Porque necesitan una conversión, una transformación. Pedro, después de confesar a Jesús como Mesías, al aclararle Jesús que el Mesías tenía que padecer, apartó a Jesús para quitarle esa idea de la cabeza. Jesús reacciona y le llama Satanás. Él es el Maestro y marca el camino; los discípulos deben ir detrás. Santiago y Juan, mientras Jesús va camino de Jerusalén están hablando de los primeros puestos. Y al no querer recibir los samaritanos a Jesús le han pedido que enviara sobre ellos azufre del cielo. Jesús les ha reprendido. (Lc. 9,55). Los tres necesitan alguna lección particular. Y esas lecciones se dan mejor en el Monte, más cerca de Dios y separados de las motivaciones terrenas.
2.– La voz de Pedro. ¡Qué bien se está aquí! Para Pedro era mucho mejor lo que estaba viendo y disfrutando que la pasión y muerte, que les había anunciado unos versículos antes. “Vamos a hacer tres chozas”. Pedro está en la «gloria», y pretende retener el momento. Pedro, tan espontáneo, dice lo que piensa, y manifiesta su falta total de comprensión del mensaje de Jesús. Le ha costado subir, pero ahora no quiere bajar. Es verdad que se había acercado a Jesús con buena voluntad, pero sin descartar la posibilidad de medrar. Pedro se equivoca al querer hacer tres tiendas iguales. Compara a Jesús con un personaje famoso del A.T. No ha caído en la cuenta de quién es Jesús. Por eso dice el texto que Pedro “no sabía lo que decía”.
3.– La Voz del Padre. ¡Escuchadle! Es la palabra clave. Llega el momento en que sólo hay que escuchar a Jesús. A Moisés y Elías les habéis escuchado hasta ahora. Con relación al AT, tenemos un mensaje muy claro en el relato de hoy: hay que escuchar a Jesús para poder comprender La Ley y los profetas, no al revés. Seguimos demasiado apegados al Dios del AT, como si el mensaje de Jesús nos viniera demasiado grande. Como Pedro, a lo más que nos hemos atrevido es a poner al mismo nivel la Ley, los profetas y a Jesús. Todavía no nos hemos creído del todo que Dios sea Padre, Amor, Misericordia, Compasión. Todavía seguimos escuchando mensajes sobre un Dios lejano y castigador.
4.– “Al mirar alrededor no vieron más que a Jesús”. Este es el fruto de un encuentro auténtico con Jesús.Sólo vemos bien lo que tenemos que hacer, cuando hemos escuchado bien al Padre. Después de un encuentro al vivo con Jesús debe quedar muy claro que ya sólo nos interesa Jesús. Él es el absoluto. No debemos tener ya otros dioses. Ni debemos equiparar a Jesús con otras personas u otros intereses. Desde Jesús vamos a ser verdaderamente libres y vamos a llevar una vida en plenitud. Sólo Él nos puede hacer plenamente felices.
Iglesia en Aragón