Abril 2016. Lienzo de la Piedad
Óleo sobre lienzo
Siglo XVII. Sala Capitular
La pieza de este mes de abril está dedicada a la iconografía de la Piedad que podemos admirar en el cuadro barroco que se encuentra en la Sala Capitular del MDJ. Y es que, el tema de la Piedad está íntimamente vinculado con la Misericordia pues el Papa Francisco en la Bula de proclamación de este año jubilar dice que Al pie de la cruz, María […] es testigo de las palabras de perdón que salen de la boca de Jesús. El perdón supremo ofrecido a quien lo ha crucificado nos muestra hasta dónde puede llegar la misericordia de Dios. María atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin excluir a ninguno. Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús.
Se trata de una pintura que forma parte de un retablo y representa el momento de la Piedad, una iconografía que solemos reconocer gracias a las "piedades" renacentistas italianas y que podemos situar muy próximas a la advocación mariana de las Angustias. Pero éstas no son las representaciones más antiguas ya que el término más correcto para esta iconografía tal vez sea el alemán "Vesperbild" cuya traducción sería algo así como "imagen de víspera" ya que hace referencia a la hora de Vísperas, en el Viernes Santo, cuando María recibe a su Hijo descendido de la cruz. Con este término asociamos las primeras representaciones de este tipo iconográfico, realizados principalmente en madera, que provienen de conventos femeninos del valle del Rhin a principios del siglo XIV.
Aunque para ahondar en las raíces de esta iconografía hay que ir más lejos. En el Oriente cristiano ya existe una representación del Llanto sobre Cristo proveniente del "Threnos" bizantino, en el que todos los dolientes centran su llanto sobre Cristo. La Piedad podría beber directamente de esta fuente, eliminando al resto de personajes y dejando simplemente a la Madre y el Hijo, tema que culminará en el periodo renacentista con esas maravillosas representaciones miguelangelescas que tendrán una gran influencia posterior.
En España es un tema de gran popularidad desde finales del siglo XV y comienzos del XVI, siendo su uso principalmente funerario, como ya podemos admirar en el relieve de este tema situado en la capilla de la Santísima Trinidad de nuestra catedral, inicialmente diseñada como lugar de enterramiento para los señores de Sasal.
La pintura de la Sala Capitular, de la que desconocemos el autor, se desarrolla con ambos personajes en una composición vertical en la que la Madre entre lágrimas y mirando al cielo sostiene a su Hijo recién desclavado, el cual deja caer su rostro sobre el regazo de María, en una escena de gran dramatismo que viene acompañada por los instrumentos de la Pasión y ese paisaje, que nos presenta el Gólgota y al fondo la ciudad de Jerusalén.
¿Sabías que...?
La iconografía de la Piedad va a adquirir gran fuerza en nuestro país tras el Concilio de Trento (1545- 1563) ya que el tema se adapta a la perfección a las normas tridentinas encaminadas a mover la devoción y el fervor entre los fieles, siendo una de las representaciones más reconocibles en toda la Historia del Arte español.