Presentación de la talla de la Virgen de La Liena.
Hoy, 20 de enero de 2023 en la sala Capitular del MDJ se ha presentado la restauración de la talla de virgen románica procedente de la iglesia de la Liena, en Murillo de Gallego. Ha contado la presentación con Marisancho Menjón Directora General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón; Jesús Lizalde, delegado general de patrimonio de la Diócesis de Jaca; Belén Luque, directora del MDJ; e Inma Piedrafita, restauradora de la pieza. Además hemos tenido el inmenso honor de recibir a algunas de las vecinas de Murillo de Gallego que han querido ver de primera mano el resultado de la restauración, vecinas que durante tanto tiempo han cuidado con mimo de la misma.
Gracias a la financiación de la Dirección General de Patrimonio Cultural acaba de finalizar la restauración de la talla de la Virgen de La Liena, una talla románica de finales del siglo XII o principios del siglo XIII que representa a la Virgen con el Niño y procede de la iglesia dedicada a la Virgen de La Liena en Murillo de Gállego (Zaragoza).
La iglesia de la Virgen de La Liena es una interesante construcción medieval situada en la parte más alta del núcleo que, a pesar de sus numerosas transformaciones, conserva destacados elementos como una ventana geminada con doble arco de herradura, un largo pórtico en su lado meridional, un excepcional pavimento enmorillado en el interior y un singular conjunto de pintura mural trasladado a lienzo en la cabecera. No obstante, por razones de conservación y seguridad, la talla actualmente se encuentra depositada en la iglesia parroquial del Salvador de la misma localidad, templo desde el que sale todos los años en procesión hacia la ermita.
Iconográficamente es una Virgen en Majestad sedente, del tipo Sedes Sapientiae o Trono de Sabiduría, expresión latina recogida en las letanías laurentianas para hacer referencia a este tipo de Theotokos o Madre de Dios representada como trono de la divinidad, de su Hijo. En este caso el Niño Jesús aparece sentado sobre su rodilla izquierda, rompiendo así el eje de simetría habitual en las primeras representaciones románicas de esta difundida iconografía mariana. Ambas figuras se representan coronadas, frontales, hiératicas, sin apenas expresión en sus rostros ni comunicación entre ellas, aunque destaca sobremanera la pronunciada elevación de la mano derecha de la Virgen, en la que sostiene la esfera
representativa de la grandeza y el poder de ambos personajes. También llaman la atención las manos del Niño, quien con la derecha esboza el gesto de bendecir y con la izquierda sostiene un delicado pajarillo.El profesor e investigador Domingo Buesa Conde también ha llamado la atención sobre el tipo de trono con patas a modo de balaustres torneados sobre el que se asientan las figuras, un tipo de trono que identifica como propio de un taller local oscense, cercano a encargos reales y activo ya a finales del siglo XII.
En el momento previo a su intervención el conjunto escultórico presentaba una repolicromía generalizada en las dos figuras, tanto en la Virgen, que viste velo, manto y túnica dorados con pliegues muy verticales que acentúan su esbeltez, como en el Niño, que también viste una túnica dorada bajo la que se han detectado restos de una policromía subyacente de color rojizo.
El conjunto escultórico está realizado en madera y su estado de conservación era deficiente con presencia de suciedad superficial y pequeñas fisuras y grietas tanto en el soporte lígneo como en la policromía, que además de presentar un fuerte ennegrecimiento de los barnices aplicados sucesivamente, aparecía descohesionada debido al mal estado del aparejo o capa de preparación de la misma, lo que había provocado levantamientos y pérdidas puntuales. Todo ello sumado al repinte generalizado de las carnaciones y a puntuales desgastes por la manipulación durante su traslado en procesión, así como la pérdida volumétrica de un dedo de la mano izquierda del Niño.
Esta talla se encuentra incluida en el Inventario de bienes muebles en posesión de instituciones eclesiásticas en Aragón con el número IIC ARAGÓN 8481.0 y, por tanto, tiene la consideración de Bien Inventariado del Patrimonio Cultural Aragonés. Y, además, el templo parroquial del Salvador en el que se ubica actualmente está declarado Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento desde 1946.
Teniendo en cuenta la protección cultural, el interés histórico-artístico y el deficiente estado de conservación de esta talla de la Virgen y el Niño, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón encargó a la conservadora-restauradora de bienes culturales Inmaculada Piedrafita Puértolas su restauración por un importe de 3.932,50 € y con un plazo de ejecución de 2 meses. Los trabajos han consistido en una serie de intervenciones encaminadas a recuperar su integridad física y dignidad estética, que resumidamente han consistido en la limpieza química gradual y selectiva de la superficie pictórica, dorados y policromías, tras las pertinentes catas y pruebas de solubilidad, en la eliminación puntual de
repolicromías y repintes en deficiente estado de conservación, recuperando la policromía subyacente, en la estabilización de policromías en peligro de desprendimiento, devolviendo la cohesión y adhesión al estrato pictórico mediante la consolidación y el sentado de policromías y preparación, en la reintegración cromática de lagunas y pequeñas pérdidas, previamente estucadas y siguiendo el criterio de discernibilidad, y en la aplicación de una capa de protección final del conjunto escultórico. Todo el proceso de restauración, junto con una detallada documentación gráfica y fotográfica del mismo, se encuentra recogido en la correspondiente memoria final de la intervención.
Esta restauración ha sido realizada, bajo la supervisión técnica del Servicio de Protección, Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, en las instalaciones del Museo Diocesano de Jaca, gracias a la colaboración de esta institución dependiente del Obispado de Jaca, que trabaja activamente en la conservación y difusión del excepcional patrimonio de su diócesis, a la que pertenece Murillo de Gállego.